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22 febrero, 2014

Tú ocúpate del mundo que yo lo haré de mis cosas.

Personalmente pienso que tanto el libre albedrío como el determinismo, en las formulaciones al uso, son falsos y aunque sé que a algunos esto les irritará la solución seguramente está en algún punto intermedio mudable para cada persona.  Si acaso tuviese que hablar de algún determinismo sería el que tendría que ver con el hecho de que los hombres rehúyen el tema de género salvo cuando son víctimas del mismo, o se dedican a la política, en cuyo caso serán sus máximos abanderados según lo políticamente correcto.

Frecuento distintos blogs: de economía, de derecho, de educación… y observo una constante (no una constante física): los hombres hablan de cómo abordar los temas del paro, la banca, o de cómo se distribuye la renta, y las mujeres de cómo afectan esas cosas a las mujeres y qué hacer para que lo hagan en su interés, de la discriminación salarial femenina, el techo de cristal o de si las pensiones de viudedad son muy bajas.

En los educativos los hombres hablan de si Europa está viviendo una verdadera hecatombe educativa o de si los planes de estudio deben contener más matemáticas, las mujeres de cómo conseguir interesar a las féminas por la ciencias y las ingenierías, o  que la clave para el éxito educativo está en la obligatoriedad del tramo 0-3 años, y por supuesto unos y otras silencian que el actual modelo educativo, particularmente en sus etapas iniciales, está concebido según un rígido canon femenino y los resultados de los varones no hacen más que empeorar  de año en año.

Y otro tanto cabría decir de los de derecho, hasta el punto de que una juez, a raíz de una crítica de Almudena Grandes a la instructora del caso de los ERES en Andalucía, le reprochó no haber hecho gala de la solidaridad femenina, y, al menos expresamente, a nadie salvo a mí le pareció que eso en boca de ella ponía en tela de juicio su posible imparcialidad. Por supuesto la inmensa mayoría de ellos silencia la crítica a leyes como la de violencia de género, ya no digamos el más general del deterioro de la igualdad jurídica de hombres y mujeres.

Pero, es que,  en otro blog de derecho cuyo autor es varón, después de analizar el destrozo provocado en el derecho de familia en los últimos años, cuando como expresión de ese deterioro le tocó analizar la pensión compensatoria,  el ejemplo que se le ocurrió  fue el de un hombre que había dado el braguetazo y en consecuencia se hacía acreedor a una muy elevada a costa de las finanzas de la ex. Claro que un eurodiputado que también escribe en el mismo blog acabó culpando a algunos funcionarios, varones por más señas, del desastre que supuso la inversión en un estudio sobre la uniformización del tallaje de la ropa femenina.

En fin, me voy a uno con vocación de blog de divulgación científica  y me encuentro otro tanto de lo mismo, los varones (con algunas excepciones) rehúyen el tema de género, aunque para ello tengan que refugiarse en un nivel de abstracción tan alto que  las diferencias por sexo no sean perceptibles,  y eso los sitúe en una burbuja que los aleja  del mundo en el que habitan unas cuantas millas. Mientras tanto la historia se escribe día a día según un patrón que podía expresarse como: ellos se ocupan del mundo y ellas de sus cosas.


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