Un trabajo al que J.M. Lacasa dedica esta entrada: http://blogdelifie.blogspot.com/2011/06/exhibir-la-propia-ignorancia.html
Y Gregorio Luri esta otra:
http://elcafedeocata.blogspot.com/2011/06/cosas-veredes-sancho-que-faran-fablar.html
Que las disfrutéis.
Está claro que todo aquello que le concedemos a los genes se lo estamos arrebatando al jenaro. Por eso se ponen tan rabiosos.
ResponderEliminarSu endemoniado concepto de igualdad no concibe la posibilidad de que las personas nazcan con distintas capacidades y potenciales. Pero, por el contrario, sí concibe la posibilidad de que la escuela pública sea un repugnante pudridero en el que la chusma envíe a sus hijos para que se perviertan; mientras que aquellos que tengan alguna posibilidad de evitarlo manden a sus hijos a la enseñanza privada (más o menos concertada); con el consiguiente gasto.
Está claro que nadie va a desarrollar una inteligencia excepcional por acudir a un buen colegio de pago. Pero sí está claro que un mal colegio público puede malograrla.
Tampoco sería tan duro con la enseñanza pública Keyser. En realidad la diferencia de resultados no es muy acusada, porque los males están extendidos un poco por todas partes. Como tampoco te extrañe que lo que hoy achacan a la cultura mañana lo atribuyan a los genes. Su planteamiento no es "cientítico", no es un problema de "sabiduría", su planteamiento es plenamente ideológico y político y para esos terrenos lo que importa es el poder que se es capaz de conseguir y no la cantidad de razón que se posea. La adaptación ideológica a los tiempos es una constante del feminismo a lo largo de todo su historia. Por eso no te extrañes de que ahora que la neurociencia está demostrando la falsedad de tanto planteamiento culturalista, se observe un viraje de 180º. La última entrada de Buenamente nos da una buena pista.
ResponderEliminarNo es que quiera ser duro. Es que, como decía el otro día, creo que la escuela de calidad ha de ser pública. Y la actual situación me produce una irritante frustración.
ResponderEliminarSi hemos de formar ciudadanos excelentes a partir de los principios de igualdad, mérito y capacidad, requeriremos de una escuela excelente. Y ha de ser pública porque el Estado, pagado con el dinero público, ha de estar a la altura de lo que de él se exige.
Ello no impide que las escuelas privadas puedan ser buenas, se entiende. La competencia, siempre y cuando sea en lo bueno, jamás está de sobra.
Lo que no quiero, desde luego, es que la Escuela se convierta en una Universidad en pequeño: en fábrica de títulos y aparcadero de unos hijos con los que no se sabe qué cosa de interés hacer. Ya en estos momentos tendría que haber algo pensado para esos alumnos faltos de motivación que sólo sirven para estorbar en clase (y, de paso, para sus padres; a menudo, como muestran algunas noticias, modelo de inutilidad y chulería). Ya que no podemos mandarlos a un tabor de regulares a que sirvan a la patria en doradas arenas, ya que la ley nos prohibe prescribirles trabajos forzados, bien tendrán nuestros próceres en qué ocuparles.
Si tenéis oportunidad y tiempo y paciencia os recomendaría las conferencias de: Las dos culturas 2011, que encontraréis en Cultura 3.0.
ResponderEliminarEn cualquier caso este debate me parece de lo mejor a lo que he podido asistir aunque sea virtualmente desde hace mucho tiempo. Os lo recomiendo
http://videoteca.uca.es/1/watch/211.aspx?startTime=1476