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25 febrero, 2014

Los hombres y la conciencia de género

Llevo bastante tiempo con este blog dedicado casi enteramente a las cuestiones de “género” y si hay un tema que se me resiste es el por qué la completa ausencia de conciencia de género en los hombres, tanta, que muchos se molestan solo con el hecho de recordárselo.  Los alumnos chicos no hace más de 30 años eran más brillantes que las chicas, hoy eso ha dado completamente la vuelta, lo que nadie explica es por qué. Hace 30 años  había enfermeros, maestros, más profesores de secundaria, hoy no, pero tampoco nadie lo explica.

Al paso que vamos sucederá en la justicia y la medicina lo que ahora sucede en las guarderías o la escuela infantil y primaria, que la presencia masculina será puramente testimonial.  La sociedad igualitaria que íbamos a construir se perfila como una sociedad donde las profesiones y el espacio vital de las mujeres se dibuja tan separado del de los hombres como lo haya podido estar en otros momentos históricos del, según se decía, aborrecible patriarcado. Pero nadie quiere hablar de eso, lo políticamente correcto actúa de modo tan férreo que pareciera que sería imposible concebir el mundo de un modo diferente.

No solo en las profesiones también en las propuestas culturales y científicas la división de tareas por género cada día es más nítida.  El centro del que hablé en otro post y su estudio les correspondería  a ellas, la periferia a ellos.  Y así, por ejemplo, sucede que en las teorías sociales actuales de autoría masculina se elude por completo el hecho de que las sociedades están divididas en hombres y mujeres y recuperan, ahora dentro de lo políticamente correcto, la concepción de un ser humano asexuado  y por tanto único, mientras los estudios de género y los de factura femenina parecen inconcebibles sin esa división, lo que evidentemente acaba desembocando en especializaciones bien diferentes, incluso en lo que cada uno o una puedan resultar analfabetos, mujeres y hombres conocen y desconocen cosas pero con marca de género. 

P.S. La prensa por enésima vez publica un estudio de UGT, manipulador en relación con la brecha salarial femenina, que esta entrada de Malaprensa nos ayuda a situar en su lugar. Los economistas varones en lugar de exigir rigor en el manejo de las cifras, guardaran un escrupuloso silencio y el mundo seguirá creyendo a pies juntillas que las mujeres en nuestro país cobran menos por el mismo trabajo, o son las grandes olvidadas del mercado laboral... y nada más lejos de la realidad. 


5 comentarios:

  1. Una discrepancia: no se trata de que los "economistas varones" dejen de guardar silencio, sino de los economistas honestos (hombres y mujeres); Los economistas atrapados por la ideología de género políticamente correcta -hombres y mujeres- guardan silencio.
    Saludos

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  2. Tienes razón Enric, aunque la honestidad tiene una componente de decisión voluntaria que para este caso parece no existir. Es como si el sesgo cultural profemenino actúase no en el plano de la consciencia, sino del insconsciente y el automatismo fuese a que los hombres desconociesen la dimensión de género. No es posible explicar tanta indiferencia, o tanto miedo, no sabría muy como calificar la situación.

    No entiendo que alguien crítico con la sociedad llegado el tema de género se comporte bien ignorándolo, bien de forma políticamente correcta. Es como si el sentido de justicia se acabase en el territorio que tiene que ver con los sexos. Lo que probaría que estamos muy lejos de entender y explicar la diferente reacción de hombres y mujeres ante el tema de la igualdad y todo nos condujese a delimitar espacios separados, pero, al menos en el presente, siempre con un sesgo profemenino.

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  3. Anónimo1:15 p. m.

    Hace no muchos años, tuve un intercambio epistolar con cierto profesor universitario (especialista en derecho constitucional) sobre datos estadísticos relativos a la 'violencia dentro de la pareja'. El profesor en cuestión, que tiene cierta presencia en algunos medios de comunicación, me acababa confesando:

    " ¡Otra cosa, dado cómo está el percal, es que pueda uno atreverse a
    incidir en demasiadas ocasiones con el temita de marras! Es triste,
    pero, y a pesar de que sinceramente creo que no hay nada más lejos de
    la realidad, acaba uno pasando por un machista ultramontano.
    Desgraciadamente estas cosas las tienen que denunciar mujeres."

    La situación la vivo yo mismo, obligado a autocensurarme en mis propias clases (¡valiente 'libertad de cátedra'), por más que justificado temor a ser considerado un "machista" si trato los temas de mi especialidad con los datos de los que dispongo. Y me consta de forma muy directa que otro tanto les sucede a conocidos de otras profesiones: desde jueces hasta sindicalistas.

    Esta 'censura de hecho' es demoledora, y crea esa "espiral del silencio" tan bien descrita por Elisabeth Noelle-Neumann para la Alemania Nazi. El único motivo de alegría es que hoy en día Internet permite que, al menos en cierta medida, no esté tan brutalmente centralizada la opinión pública como lo estaba en la época anterior.

    (athini_glaucopis@hotmail.com)

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  4. No deja de ser vergonzoso que las cosas sucedan de ese modo Athini.

    En lo que apuntas de internet no sé qué decirte. En Nada es gratis aparecían algunas entradas sobre violencia de pareja o sobre educación que ahora no aparecen, y en ¿Hay Derecho? otro tanto de lo mismo. García Amado habla con extraordinaria prudencia y Malaprensa hacía mucho tiempo que no hacía un desmentido de una estadística feminista.

    De la prensa en papel Xosé Luis Barreiro parece que se olvidó de este tema y en El País, la depuración ha sido tan intensa que no quedan colabores fuera de lo políticamente correcto. El panorama no es bueno aunque yo casi estoy obligado a ser optimista.

    Hay que resaltar, sin embargo, la aparición de un blog como ¿Quién se beneficia de tu hombría? pero poco más.

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  5. Anónimo11:59 p. m.

    Parece una paradoja que pueda existir un colectivo que se tenga manía a si mismo de una manera enfermiza, hasta el punto de atacarse a si mismo con falsos argumentos, llegando a considerarse biológicamente inferior y dañino, no merecedor de derechos legalmente reconocidos, etc. ¡Y todo ello ignorando la evidencia científica y las leyes vigentes contra la discriminación!
    Sin embargo, estos colectivos existen. El actualmente más importante es el de los varones occidentales.
    A los varones occidentales no les preocupa, o bien están convencidos, por ejemplo, de que ellos tienen menor esperanza de vida que las mujeres porque son más débiles, por una causa natural, y no por una causa social, externa, por una desigualdad o discriminaciones contra ellos.
    En el ámbito educativo, tampoco existe ningún problema para considerar que el mayor fracaso escolar masculino y su mayor abandono prematuro de los estudios por parte de ellos, la minoría de varones en las universidades, etc., se debe a que los chicos son menos inteligentes que las chicas, o a que están menos interesados por el saber, etc.
    Estos prejuicios compartidos o consentidos por todos llevan a que los problemas educativos de los varones no se tengan en cuenta, ni se intenten corregir.
    Como tampoco se intentan corregir lo que evidentemente son sus consecuencias más evidentes: la abrumadora incidencia de la muerte prematura de los varones por suicidio o conductas de riesgo o autodestructivas y la también abrumadora y creciente incidencia de encarcelamientos.
    Todo ello se considera "natural", puesto que el varón es biológicamente más débil y moralmente peor. No debemos preocuparnos por ello porque es cosa de la Naturaleza misma, de la inferioridad del sexo masculino.

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