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17 junio, 2011

¿Iguales e intercambiables? (2)

El feminismo lo mismo se queja de las limitaciones que para la promoción profesional de la mujer constituye el cuidado de los hijos, como sostiene que eso de la custodia compartida es una estratagema de maltratadores para restar derechos a las mujeres y los hijos. Que la maternidad supone la más clara demostración de la superioridad moral de la mujer, como que se trata de una imposición masculina.

Jamás se pensó en resarcir a los varones por el tiempo de permanencia en el servicio militar y, cuando  en alguna ocasión se plantea siempre tropieza con su oposición.

El feminismo deberá explicar cómo encajar en su teoría de la sociedad patriarcal,  sociedad según ellas concebida como instrumento de los hombres para dominar y explotar a la mujer, la mayor esperanza de vida de las mujeres, también su menor número de suicidios y accidentes de tráfico y laborales, que  las cárceles estén llenas de hombres, o que el hombre se quede para sí  un deporte tan de riesgo como la guerra.

Cómo naciendo aproximadamente 106 varones por cada 100 mujeres, finalmente ellas terminen siendo mayoritarias.

Para las más recalcitrantes, para las que incluso la salud y la enfermedad son fruto de ese sistema de dominación, por qué la epilepsia, esa enfermedad maldita de la que incluso Julio César  tuvo que ocultar que padecía,  ataca sobre todo a los hombres, por qué la hiperactividad se produce en la proporción de 5 niños por 1 niña,  por qué cuatro veces más varones sufren autismo, 5 por cada una tartamudeo, por qué la esquizofrenia es una enfermedad casi exclusivamente masculina, etc.  

Por qué si la ciencia, la filosofía, el pensamiento,  forman parte de ese entramado de cosas concebidas para fortalecer esa dominación masculina sobre las mujeres, en tantos casos ha supuesto la muerte o persecución por el poder (masculino) de esos mismos científicos, pensadores, filósofos, hasta el punto de convertir su actividad en unas de las de más alto riesgo.

Si somos iguales en inteligencia por qué el mayor fracaso escolar masculino, por qué el mayor abandono escolar de los varones. Por qué algo que tan incontestablemente se produce en nuestro país como esa realidad de que entre un 30 % y un 50% de los varones fracasan en la enseñanza obligatoria,  no es objeto de atención en una sociedad en la que de hacer caso al feminismo y las feministas la lógica imperante es la masculina y las reglas que rigen son patriarcales.

Si lo que rige es la dominación masculina por qué los oficios más duros y de riesgo están reservados a los varones. Por qué se mira con ojos distintos que sea un hombre o una mujer quien no se incorpore a la vida laboral. Por qué la posibilidad de vivir como una reina está reservada a las mujeres,  ya que hay muchos hombres que aceptan de buen grado que su mujer no trabaje mientras él lo hace 10 o 12 horas diarias, pero a la inversa no sucede, me atrevo a decir en ningún caso.

Si el  hombre se reserva para sí todos los poderes ¿debiéramos interpretar que la ley contra la violencia de género o la actual ley de divorcio están concebidas para favorecer al hombre?

En qué se distingue lo que hoy exige la mujer de trato preferente a lo que sin estar escrito regía como norma social en tiempos del Titanic de tal modo que los muertos fueron casi todos varones por aquello  de: “las mujeres y los niños primero”.

Bien pensado la mujer quiere frente a la justicia y en toda ocasión ser considerada autoridad, es decir gozar de la presunción de credibilidad frente al otro al que se coloca en situación de  presunción de culpabilidad. Esos principios son los que rigen en aplicación de la Ley contra la violencia de género, pero en realidad se pretende universal y aplicable a todas las situaciones, por ejemplo en el mundo laboral con el acoso sexual y laboral, o en el ámbito escolar con el mobbing , hasta el punto de que en los empleos ocupados mayoritariamente por mujeres poco a poco se va generalizando su implantación: educación, sanidad, etc.

El rodillazo en los huevos, cada vez con más frecuencia, es presentado  como una acción a la que el castigado se hizo justo acreedor.  No existe problema en divulgar este tipo de violencia porque no es de género.

En este mundo las mujeres se han hecho acreedoras a todos los derechos y casi ninguna de las obligaciones,  por la explotación de que fue objeto su género en otros momentos históricos, o por la de que todavía son víctimas las mujeres de otras culturas. Al hombre cuando no se le puede acusar directamente se le hace responsable “subsidario” de lo que presuntamente hicieron sus antepasados o de lo que hacen sus coetáneos en otras partes del mundo. Incluso cuando en su historia nada hay que recuerde una concepción de los sexos como la que se tiene por ejemplo en  la cultura islámica.

Aún cuando tantas realidades palpables como las catedrales o las carreteras son fruto del trabajo del hombre,  el feminismo juega constantemente a presentar al varón como un vago que se aprovecha del trabajo femenino.




15 M y violencia

Como dijo ayer José Luis Sampedro, estando tan cargado de razones como lo está el movimiento del 15 M, sería una pena que comenzase a perderlas por motivo de la violencia.

Es verdad que hace falta lo más difícil en un movimiento  con una organización tan horizontal, algo tan difícil de conseguir como es la permanencia en el tiempo sin necesidad de superarse cada día, algo tan difícil como la paciencia, porque se es consciente de que lo que se pide no se va a conseguir de inmediato ya que las reformas que nuestro país necesita  en el terreno económico, político y jurídico  obligan a una acción mucho más allá del corto plazo. Desde aquí hacemos votos para que así sea.

Desde esta bitácora que sin ambages nos pronunciamos por una igualdad superadora de las actuales propuestas del feminismo institucional y de género, una igualdad que no excluya al hombre sino que justamente lo ponga en igualdad con la mujer, sabiendo que los motivos de la protesta son múltiples nos gustaría que esta propuesta continuase siendo recogida en las resoluciones porque sabemos que,  a pesar de las maniobras del feminismo más prepotente y excluyente,  buena parte de los indignados son conscientes de los excesos de la legislación de género y la necesidad de superarlos. Tanto como de la necesidad de combatir el fracaso y abandono escolar o la custodia compartida.  

14 junio, 2011

Un poco de Educación

Hoy publica El País un artículo César Molinas: La educación de las élites españolas, en el que propone la creación de un circuito público, exclusivo pero no excluyente, de centros de enseñanza de excelencia.

Aún cuando comparto buena parte de la argumentación de Molinas entiendo que no se puede arrojar tan pronto la toalla y renunciar a una reforma integral del sistema para atajar no sólo la cuestión importante de la excelencia -mejor sería decir ausencia de excelencia-, de nuestro sistema educativo, también para afrontar de una vez el problema del fracaso y el abandono escolar y en general la calidad del sistema que reflejan los siguientes datos: “En el informe de Competitividad Global 2010-2011 elaborado por el Foro Económico Mundial para 139 países, la calidad de la enseñanza primaria española ocupa el lugar 93, la calidad de la enseñanza secundaria y profesional el lugar 107 y la calidad de la enseñanza de las matemáticas y las ciencias el lugar 114.” En mi opinión no  debemos renunciar a la idea de un sistema de calidad para todo el mundo y donde la excelencia reciba la atención que se merece.

Pero considero de interés destacar esta otra parte de la cita: “Este desastre parece no preocupar a nadie en España, y menos que a nadie a las familias con hijos en edad escolar… No hay demanda social en nuestro país para mejorar el sistema educativo, esa es la cruda realidad: la escuela española es el reflejo de la sociedad española. Y viceversa.” Es esta una apreciación en la que parece haber unánime coincidencia: la sociedad española no da signos de estar preocupada por la educación de sus hijos. Por los motivos que sea en nuestra sociedad no están funcionando esos mecanismos de alerta que indican cuando las cosas pueden no ir bien. Tenemos un sistema institucional incluyendo partidos políticos, sindicatos y algunas otras instancias intermedias que se han quedado obsoletas en el plazo de unos años y no estamos sabiendo sustituirlas por otras.

Como el día va de información educativa entresaco estos párrafos de la nueva entrada de J.M. Lacasa en IFIE (en el margen derecho de la bitácora).

Los datos, a pesar de la mejora, siguen siendo escalofriantes: en el país de la supuesta equidad, los chicos siguen fracasando un 50% más que las chicas, y en Baleares se fracasa casi cuatro veces más que en Asturias. Una cuarta parte de la población sigue sin la titulación mínima, y se le impide seguir estudiando. Sólo una comunidad, Asturias, se acerca al 10% de fracaso, la cifra que debería tener la peor, y no la mejor CCAA de España.

La mejora global en los dos últimos años es de 4,8 puntos, pero no es igual en todas las CCAA (datos de años anteriores, aquí): mientras que Canarias, Extremadura o Ceuta mejoran entre 9 y 10 puntos, Melilla no se mueve, Aragón y la Comunidad Valenciana no mejoran siquiera un punto, mientras que Baleares mejora punto y medio. En once comunidades siguen fracasando más del 30% de los chicos, pero sólo en dos fracasa el 30% de las chicas. Además, en tres las chicas tienen un fracaso inferior al 10%.

11 junio, 2011

Rebelión en la Academia


Lo del oportunismo  feminista supera todo lo imaginable. Ahora resulta que lo que hay en la Academia de la Historia no es un problema de rigor y mala praxis sino  un problema de rebelión contra el sexismo. Y uno se queda estupefacto por dos motivos, primero, porque la primera noticia de esa rebelión aparezca ahora y, segundo, que quienes piden la paridad en la academia lo hacen desentendiéndose del debate de fondo para anteponer al mismo sus intereses de género, con lo cual no sé si ellas mismas se dan cuenta de que la credencial que presentan es falsa.


En realidad nada nuevo bajo el Sol, aunque sorprende constatar como a la vista de todos se pretende convertir intereses  de género en intereses generales. Como se pretende que lo relevante no es escribir libros de historia, avanzar ideas para la superación de la crisis económica o explicar los porqués del fracaso escolar, nada de eso importa, como no interesa posicionarse en el debate de fondo, su única misión en el mundo es reclamar paridad, en la confianza, quiero suponer, de que ya habrá otros que procuren esas respuestas porque en otro caso siempre se podrá decir que la culpa es de la sociedad patriarcal.

Cuando a tantos lo que les preocupa es que desde la propia Academia se esté promoviendo a los nostálgicos del antiguo régimen, resulta que no, que el problema no está ahí sino en la composición por sexos de la institución y en la no aplicación de la paridad, -como si la condición de especialista en Historia estuviera ligada a la condición de hombre o mujer y no al currículo y los méritos de cada uno y cada una-. 

Verdaderamente lamentable que en eso consista ser feminista hoy pero no menos que tanto santo varón permanezca callado ante tanto oportunismo de género. Ha habido reacciones contra las tesis de los autores de las entradas cuestionadas, pero seguro que ante este pronunciamiento del feminismo institucional lo que se oirá será el silencio de quienes no debían callar, con lo cual a uno ya solo le queda la perplejidad de observar que  se puede cuestionar la cientificidad de lo que dice otro colega, pero se debe guardar silencio ante la idea de quienes olvidándose  de la cuestión original lo reducen todo a una cuestión de representación de sexos.

Aunque quizá ese mismo posicionamiento nos dé mejor que ninguna otra cosa la mirada del feminismo sobre la sociedad. Es el anteponer siempre los intereses  de “género” a los de todos, es la indisimulada pretensión de convertir  el “porque nosotras lo valemos” en el principio universal que ha de regir siempre que ellas lo decidan,  es la de anteponer los intereses particulares y de grupo por delante y por encima de los generales. Es pretender actuar como un sindicato de intereses  y reclamar el trato de quien se ocupa de los intereses de todos, es pretender que quienes están en la academia lo están en representación del género masculino, es pretender que se goza del apoyo femenino porque se dice actuar en su nombre.


09 junio, 2011

15 M Género e igualdad


Me ha llegado al correo esta propuesta del 15 M de Valencia
MOVIMIENTO 15-M   VALENCIA

COMISIÓN DE GÉNERO E IGUALDAD

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS 

El concepto género hay  que entenderlo en un plano de igualdad de y entre hombres y mujeres.

El ejercicio de la sexualidad es un derecho inherente a la persona humana, sea cual sea su   forma de ejercicio o expresión: homosexualidad, heterosexualidad  y transexualidad. Ninguna forma de sexualidad será objeto de persecución o degradación.

Cualquier tipo de familia o matrimonio  basado  en las diferentes formas de sexualidad antes citadas  ha de ser respetado y apoyado legalmente

 REIVINDICACIONES JURÍDICAS

Aquellas leyes  basadas en la discriminación de hombres o mujeres y en  la discriminación por la manera de entender y ejercer la sexualidad entre personas deben ser abolidas

Relación de leyes discriminatorias por razón de sexo del ordenamiento jurídico español.

ñ     Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modificó la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal Articulo 153 y 157  del Código Penal
ñ      
ñ     Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral
ñ     contra la Violencia de Género así como el resto de leyes autonómicas promulgadas con el mismo contenido discriminatorio
ñ      
ñ     Código Civil . Artículo  92

       *  Abolición de los tribunales especiales en razón de sexo

      *    Trato igualitario de hombres y mujeres en los protocolos  en caso de detención.

REIVINDICACIONES RELACIONADAS CON LA SALUD
ñ     Trato igualitario de la salud para hombres y  mujeres
ñ     Trato igualitario de la salud reproductiva y  no reproductiva

REIVINDICACIONES SOCIALES
ñ     Custodia Compartida con carater general en los procesos de separación y divorcio
ñ     Igualdad de derechos sociales para mujeres y hombres en caso de maltrato
ñ     Igualdad de trato en los organismos  oficiales para mujeres y hombres
ñ      
SI QUIERES DEBATIR NUESTRAS PROPUESTAS  ACUDE A LA REUNIÓN DE LA COMISIÓN TODOS LOS DÍAS A LAS  18.00

Vídeos Pilar Sordo

Como digo en el comentario de la última entrada cuelgo aquí el enlace a los vídeos. Son doce. Desde el enlace accedéis al primero y desde éste podéis ir accediendo a todos los demás. Que los disfrutéis.
http://www.youtube.com/watch?v=nAF1oYesS5E&feature=related


Y ya puestos casi os recomiendo empezar por la última entrada de El Café de Ocata: 
http://elcafedeocata.blogspot.com/2011/06/pedagogia-y-elogio.html

07 junio, 2011

¿Iguales e intercambiables?

El feminismo tan pronto nos quiere iguales como nos presenta irreconciliablemente  diferentes. 

El feminismo comenzó denunciando la desigualdad jurídica porque las leyes no reconocían los mismos derechos para mujeres que para hombres. Hoy defiende leyes que  castigan de modo diferente los mismos hechos según que quien los protagonice sea hombre o mujer.

El feminismo está impidiendo cualquier decisión legal sobre la prostitución porque se encuentra completamente dividido entre quienes desean su legalización y quienes se oponen. Que suceda mientras tanto con las prostitutas no parece problema suyo.

El feminismo propone la paridad pero sólo para las profesiones de prestigio.

El feminismo propone la paridad donde está en minoría

El feminismo no quiere paridad en los trabajos duros y de riesgo

El feminismo no propone la paridad donde está en mayoría

El feminismo quiere paridad en las listas electorales, no a la hora de levantar un partido o mantenerlo cuando existen dificultades.  Habría que preguntarse por qué hay tantas mujeres para la celebración pero ya no tantas en las dificultades y el fracaso

Las mujeres exigen que no existan cofradías masculinas, pero si Instituto de la Mujer, Consejería de la Mujer, Concejalía de la Mujer, etcétera. Por cierto hay cofradías exclusivamente femeninas.

Las mujeres buscan sentirse complacidas con el cuerpo pero resulta imposible conocer  la frontera  que el feminismo ha decidido establecer entre cuando un anuncio  debe ser rechazado porque constituye tratarlas como objetos sexuales y tantas otras ocasiones en que ellas mismas promueven esa misma imagen con fines pecuniarios o no.

El feminismo habla de segregación si alguien se atreve a hablar de educación diferenciada, pero el criterio ya no es el mismo cuando son ellas las que establecen la separación y eso sucede en tantos  casos que sería imposible enumerarlos todos. Justicia de género, igualdad de género, educación sexual, tratamiento cáncer… incluso hoteles y gimnasios solo para mujeres.

El feminismo  pretende esclavista una situación en la que la vida del esclavo es mejor y más libre que la del supuesto amo.

Si los hombres tienen una esperanza de vida menor, el feminismo se queja de que hay más mujeres mayores solas.

El feminismo denuncia que los hombres conciertan voluntades para impedir a las mujeres hacer esto o aquello, pero ellas  se han constituido en lobby, que funciona como un sindicato de intereses, y solo se ocupan de lo femenino.

Las mujeres se quejan del trato que les da la Iglesia pero constituyen su principal clientela.
Bautizos, entierros, primeras comuniones y bodas  constituyen momentos importantísimos para el sostenimiento de la Iglesia y en estos momentos el criterio femenino es casi siempre determinante.

Los profeministas han decidido que se hace preciso buscar nuevos modelos de masculinidad pero dando la espalda a los grandes filósofos, literatos y artistas de todos los tiempos.

El feminismo da una imagen del hombre y lo masculino que oculta las grandes aportaciones que en el terreno de la ciencia, la técnica, el pensamiento,  la sociedad, la política y la moral han realizado a lo largo de los siglos.

El feminismo presenta al hombre siempre como un ser privilegiado, ocultando por supuesto su esfuerzo y sus fracasos.

Las mujeres hablan de sociedad en lógica masculina para denunciar discriminaciones, pero pretenden que donde ellas son mayoritarias lo que reina no es la lógica femenina. Quizá habría que preguntárselo a los alumnos varones de primaria y secundaria.

El feminismo denuncia que la lógica femenina es la que debe prevalecer porque la masculina habría demostrado su carácter injusto.

¿Tendrá alguna significación que las mujeres sean mayoría en las guarderías y en la enseñanza primaria y secundaria, en la sanidad y en la justicia relacionada con la familia,  también entre los psicólogos y los titulados en Derecho y por eso hayan decidido establecer un férreo control en el desarrollo de las relaciones entre padres (varones) e hijos o entre educadores y niños…?¿Cómo es posible que  muchos niños y niñas no se tropiecen con la figura masculina porque en casa no está y en la escuela tampoco hasta una edad ya avanzada?

¿Alguien cree que las mujeres cambiarían su estatus y posición por la del varón y aceptarían la separación de los hijos y la dureza de tantas profesiones masculinas por tener la presidencia del Gobierno? Alguien cree que habrá alguna mujer que acepte trabajar 10 y 12 horas diarias mientras su marido se pasa los días en charlas con los amigos, visitas al gimnasio e irse de compras. Con los papeles cambiados sucede y mucho.

Parece difícil entender que las mujeres que se prestan a tantos spots publicitarios rechazados por el feminismo carezcan de cualquier tipo de responsabilidad.

En una ideología como la feminista la responsabilidad y la culpa siempre es del otro. En la prostitución de quien paga por los servicios, en la publicidad de la empresa anunciadora, en el caso de las mujeres que se quedan en casa de sus maridos, de las que no encuentran empleo acorde a su titulación de la sociedad que se permite dilapidar talento femenino…

Según ese reparto “equitativo” de cargas que realiza el feminismo los hombres seríamos responsables en lo personal de lo de cada uno y en lo social  de los de todos. Para el caso de las mujeres tanto en el plano individual como en el social la responsabilidad sería de los otros.

El feminismo no entiende de complejos, desde una posición tan privilegiada como la que supone el blog Mujeres en un diario como El País  las quejas por la escasa presencia femenina en los medios son continuas.  Por supuesto se obviará que en TV1 tanto los magazines como los telediarios están presentados por mujeres, o que en el kiosco las revistas femeninas sean franca mayoría, o que los periódicos publiquen un suplemento para las mujeres, pero no uno para los hombres, en fin si desde el lado masculino se plantease algo parecido el chorreo no cesaría en décadas.

El feminismo no protestó cuando el Tribunal Constitucional dictaminó que no constituía discriminación que el servicio militar fuera obligatorio exclusivamente para los varones.

La historia del feminismo está llena de denuncias de la discriminación a que se veía sometida la mujer por verse confinada al hogar y al cuidado de los hijos, argumento que jamás se utilizó para reclamar el intercambio de roles cuando el marido trabajaba en la industria pesada o la construcción, sí, si acaso, se trataba de alguien con la vida más fácil. Incluso hay la curiosa teoría de que todo eso fue por imposición masculina, pero cuando llegó la hora de regular el divorcio sostuvo la necesidad de que la casa y la custodia de los hijos le perteneciesen en todos los casos. 

04 junio, 2011

Recapitulación

Quizá antes de reiniciar la andadura de la bitácora convendría recapitular para apuntar algunas cosas. En primer lugar, habría que hablar  de la absoluta imposibilidad de uno de los objetivos que se marcaba la bitácora en sus inicios como era el de promover algún tipo de debate con el feminismo. Debate que ni se ha producido, si descontamos algunos momentos más bien episódicos, ni parece vaya a producirse en un futuro próximo. Y eso, según mi opinión, por dos razones: una, que para el feminismo cualquier planteamiento que cuestione alguno de sus postulados sólo puede ser fruto de una mentalidad machista y como tal debe ser rechazado y perseguido y, en segundo lugar, que encontrándose como se encuentra en la cima del poder y consiguiendo prácticamente cualquier objetivo  su interés por el debate democrático es nulo.

Es por eso que en este momento ese objetivo prioritario debería dirigirse en la dirección de dar forma al movimiento masculinista en España en línea con lo que acontece en otros lugares del mundo donde el feminismo ha derivado en injusticia y discriminación. Un movimiento sociopolítico y no partidista que por un  lado trate de dar respuesta a la deriva del feminismo institucional en todos aquellos aspectos que se alejen de la igualdad como tantas veces hemos denunciado y, al tiempo, trate de dar respuesta a la pregunta: ¿gozamos los hombres del mismo derecho que las mujeres a cuestionar nuestro papel en la sociedad  y a exigir que se nos reconozca ese derecho, o sencillamente habremos de concluir como parece que es intención del feminismo que nuestro papel debe venir fijado desde instancias ajenas a nosotros, es decir desde ellas mismas?

Decir también que nuestro planteamiento no nace de ninguna nostalgia del pasado ni proponemos ninguna vuelta atrás, más bien al contrario tratamos de acelerar el tiempo histórico que permita que la sociedad de iguales sea fruto de un pacto social que dé garantía de respeto de los derechos de hombres y mujeres y, por supuesto, que acabe con las discriminaciones históricas y presentes estén referidas a un sexo o al otro. En este sentido creemos que hacen falta nuevos estudios que acaben con el sesgo de género que el feminismo introduce en cada uno de los que realiza y que parten siempre del supuesto invariable de que el objetivo es lo mejor para la mujer con independencia de lo que pueda suceder con los varones, de quienes en la mayoría de los casos se prescinde como si ni su propia existencia debiera ser considerada. Y esto sí constituye una auténtica novedad histórica.

Por supuesto que ni compartimos  el maniqueísmo de la historia de los sexos que se nos pretende contar según la cual los hombres habrían tomado como primer objetivo mantener dominadas a las mujeres no renunciando para ello al uso de todos los medios incluida la violencia y que estaría en la base de las actuales exigencias de las mujeres, como tampoco nos creemos que los avances de la mujer se deban prioritariamente al movimiento feminista, por ejemplo la incorporación de las mujeres al mercado laboral de la forma masiva en que lo han hecho en las últimas décadas que tiene mucho más que ver con el estado de bienestar y la terciarización de las economías desarrolladas , o los avances en los métodos anticonceptivos, que cualquier intención del movimiento feminista, más bien al contrario, es en el momento en que todo esto se hace factible que el feminismo va ocupando posiciones de poder.

Como tampoco muchas otras  derivadas de ese planteamiento  como las que conducen a convertir a la mujer en un menor de edad no responsable de sus actos ya que serían siempre fruto de la voluntad de otros, llámese patriarcado, dominación masculina, marido o patrón. Al igual que rechazaríamos esa pretensión feminista de convertir cualquier cosa nacida de la voluntad del hombre en un producto contaminado de ideología que lo invalidaría,  incluida  la ciencia,  incluso la misma idea de verdad. En este sentido la historia escrita por el feminismo no puede ser más fraudulenta y estar necesitada de una revisión crítica que obligue no sólo a reconsiderar lo que sobre la ciencia masculina ha dicho sino una revisión autocrítica de los women’s studies, estos  sí aquejados de graves deficiencias de enfoque, la primera y fundamental considerar que se puede hablar de la mujer en sociedad como si los hombres no existieran.

Insistir en que el feminismo no busca la igualdad, que resulta inconcebible pensar que los ataques a la condición masculina, o el propio deseo de cambiar su naturaleza se puedan entender como estrategias para la igualdad, pero más allá de eso la radical separación que establece entre lo masculino y  lo femenino, o el deseo expresado abiertamente de que es tiempo de mujeres, que el siglo XXI es el siglo de las mujeres porque  los hombres han ocupado ya demasiado tiempo el poder y ahora les toca a ellas. No son síntomas de igualdad ni lo que está pasando en los medios de comunicación, ni en la enseñanza, la sanidad, la justicia o el empleo público, como tampoco lo es el afán de desplazar al hombre de allí donde se encuentra excepto los trabajos duros y pesados y aquellos que encierran riesgo para la salud o la vida.

En fin, resaltar que la intención de la bitácora es el debate en clave masculinista, en clave de futuro, no de pasado. Que rechazamos con igual fuerza la misoginia y la misandria que hoy florece tan abundantemente. Que pretendemos un enfoque ilustrado y por tanto privilegiando siempre la ciencia probada y el rigor intelectual y moral. Que rechazamos por tanto los intentos de utilizar  la bitácora para la defensa o promoción  de una opción religiosa  o política. Que sabemos que el feminismo ha renunciado  abiertamente al objetivo por el que nació: la igualdad y no discriminación por razón de sexo. Y que  aun cuando siguen la siguen proclamando se trata de  una” igualdad” alejada de cualquier idea de equidad o reciprocidad y más bien tiene que ver con la defensa de los intereses de género, del género femenino se entiende.

Observo con sorpresa en positivo que  UPyD dice querer respetar el test de igualdad tal como queda recogido aquí http://plataformaporlaigualdad.es/?p=3367 y otras fuerzas han dado pasos adelante en la misma dirección. Para la inmensa mayoría de la población, sin embargo, los temas de la igualdad desde una perspectiva masculina siguen  siendo un tabú. Combatir ese estado de cosas debe ser uno de los grandes motores  que mueva una bitácora como ésta.