Las feministas de género dicen tener su razón de ser y su objetivo último en la conquista de la igualdad. Los hechos sin embargo no hacen más que desmentirlas.
Quisiera desde este blog no solo denunciar la deriva neofeminista, también combatir la estigmatización de los hombres y reivindicar la dignidad de lo masculino.
13 abril, 2011
Fortaleza y debilidad
Lo que hace fuerte a la mujer, es su aparente debilidad.
Lo que hace débil al hombre, es su aparente fortaleza.
¿quien es más fuerte un campeón de 100m. o uno de maratón?¿quien es más fuerte, el potente, el resistente o un combinado de ambos?¿el alpinista o el jugador de baloncesto?. Fortaleza y debilidad parecen conceptos claros, pero,como muchos otros,si no se concretan los términos de comparación, resultan totalmente ambiguos y, por tanto, facilmente manipulables.
Para colorear un poco el anterior comentario una cita: "Jugar con la diferencia, es aceptar al otro, pero es también aceptarse en lo que nos es propio".
Entiendo que el concepto de fuerza que podríamos utilizar aquí sería algo como "capacidad de ejercer tu propia voluntad o de imponerla al prójimo". En ese sentido, el hombre ha tenido históricamente mucha fuerza ante la mujer, fuerza derivada de su mayor capacidad para la violencia, y también de una situación privilegiada en lo económico, cultural, etc. Ahora, sin embargo, estamos viviendo un proceso de hipercorrección, es decir, que para resolver esa anterior situación injusta nos hemos excedido en la corrección y estamos cayendo en el extremo contrario. Básicamente, porque la mujer se ha buscado un aliado muy poderoso para que la "rescate": el estado, que desde luego tiene infinitamente más fuerza que cualquier hombre, y la utiliza brutalmente a favor de las mujeres. Y los hombres lo consentimos con mansedumbre.
Humberto, es algo más que eso. Ninguna decisión importante de la vida se resuelve con la fuerza física que según los códigos tradicionales podría ser empleada contra otros varones pero no contra las mujeres. Por otro lado, si entre los hombres históricamente hubo un menor índice de analfabetismo estaba en buena medida porque ellos eran quienes debían hacer el servicio militar y eso exigía el saber firmar, también por ser los destinados al trabajo fuera de casa y saber leer era partir con ventaja. Eso entre los estratos bajos de la sociedad. Hay una entrada muy interesante en Absurdistán donde el autor cuenta los períodos de mili de su abuelo y su bisabuelo que al menos hace pensar en que para juzgar los momentos históricos no es suficiente con trasladar los esquemas de hoy al pasado sino estudiar las condiciones concretas en que la vida tenía lugar. Son apuntes sueltos de temas que exigirían un gran desarrollo
Cuando mencionaba la cultura como un aspecto en el que los hombres tenían históricamente más "fuerza" que las mujeres, no me refería a la cultura como nivel educativo personal (que creo que es lo que tú has interpretado al hablar del analfabetismo), sino algo más abstracto, como la capacidad colectiva de crear y difundir ideas de tipo filosófico, político, religioso, artístico, etc. Creo que debemos reconocer que ese poder estaba principalmente en manos masculinas. Hoy la situación es diferente.
Y lo que justifica todo tipo de leyes sexistas es la exaltación de ambos extremos.
ResponderEliminar¿quien es más fuerte un campeón de 100m. o uno de maratón?¿quien es más fuerte, el potente, el resistente o un combinado de ambos?¿el alpinista o el jugador de baloncesto?. Fortaleza y debilidad parecen conceptos claros, pero,como muchos otros,si no se concretan los términos de comparación, resultan totalmente ambiguos y, por tanto, facilmente manipulables.
ResponderEliminarPor eso mismo Arturo, entiendo que lo mejor es hablar mucho de los temas.
ResponderEliminarPara colorear un poco el anterior comentario una cita: "Jugar con la diferencia, es aceptar al otro, pero es también aceptarse en lo que nos es propio".
ResponderEliminarEntiendo que el concepto de fuerza que podríamos utilizar aquí sería algo como "capacidad de ejercer tu propia voluntad o de imponerla al prójimo". En ese sentido, el hombre ha tenido históricamente mucha fuerza ante la mujer, fuerza derivada de su mayor capacidad para la violencia, y también de una situación privilegiada en lo económico, cultural, etc. Ahora, sin embargo, estamos viviendo un proceso de hipercorrección, es decir, que para resolver esa anterior situación injusta nos hemos excedido en la corrección y estamos cayendo en el extremo contrario. Básicamente, porque la mujer se ha buscado un aliado muy poderoso para que la "rescate": el estado, que desde luego tiene infinitamente más fuerza que cualquier hombre, y la utiliza brutalmente a favor de las mujeres. Y los hombres lo consentimos con mansedumbre.
ResponderEliminarHumberto, es algo más que eso. Ninguna decisión importante de la vida se resuelve con la fuerza física que según los códigos tradicionales podría ser empleada contra otros varones pero no contra las mujeres. Por otro lado, si entre los hombres históricamente hubo un menor índice de analfabetismo estaba en buena medida porque ellos eran quienes debían hacer el servicio militar y eso exigía el saber firmar, también por ser los destinados al trabajo fuera de casa y saber leer era partir con ventaja. Eso entre los estratos bajos de la sociedad. Hay una entrada muy interesante en Absurdistán donde el autor cuenta los períodos de mili de su abuelo y su bisabuelo que al menos hace pensar en que para juzgar los momentos históricos no es suficiente con trasladar los esquemas de hoy al pasado sino estudiar las condiciones concretas en que la vida tenía lugar. Son apuntes sueltos de temas que exigirían un gran desarrollo
ResponderEliminarCuando mencionaba la cultura como un aspecto en el que los hombres tenían históricamente más "fuerza" que las mujeres, no me refería a la cultura como nivel educativo personal (que creo que es lo que tú has interpretado al hablar del analfabetismo), sino algo más abstracto, como la capacidad colectiva de crear y difundir ideas de tipo filosófico, político, religioso, artístico, etc. Creo que debemos reconocer que ese poder estaba principalmente en manos masculinas. Hoy la situación es diferente.
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