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08 marzo, 2012

... peor para la realidad.



Escribe María Sahuquillo un artículo en El País en el que toca el sempiterno tema de la brecha salarial, que junto a la violencia de género sitúa como los lastres más importantes para la igualdad en Europa.  Brecha salarial que si hasta hace bien poco se usaba alterna y confusamente tanto para indicar la diferencia media de remuneración  como, en otros momentos, se acompañaba de la coletilla “…por igual trabajo”,  ahora viene referida a “por un trabajo de igual valor”. Estamos de nuevo ante una invención lingüística para ocultar que como resultaba insostenible lo de “por igual trabajo”, se cambia de denominación para seguir manteniendo la ficción de una discriminación salarial por ser mujer que nadie: ni sindicatos, ni inspección de trabajo, ni sobre todo la economía real detectan.

Pero quizá más asombroso todavía es lo que aparece en un recuadro en el citado artículo donde literalmente se dice:
La mayoría de los españoles dice que en su empresa existen las mismas oportunidades de promoción para hombres y mujeres, según un sondeo de Metroscopia. Un 76% comparte esta opinión. Hay matices por edad y sexo: para los hombres menores de 34 años, esa sensación se convierte casi en certeza, pues el 94% suscribe que las mujeres no se tropiezan con más dificultades que ellos en el trabajo. Entre las mujeres jóvenes, el porcentaje es menor, del 66%. “Su impresión de la realidad deja traslucir un presente al que aún le queda recorrido hacia la igualdad”, explica Susana Arbas, directora general de Metroscopia.”

El párrafo no tiene desperdicio y confirma cuantas aseveraciones se vienen haciendo sobre las estadísticas de género en el sentido de que no pretenden tanto conocer un estado de opinión como confirmar un prejuicio. Pero lo que resulta más increíble es que sea la propia directora de la empresa demoscópica la que confirme que esto es así,  ya que ante la rotundidad de los datos recabados por su propia empresa, la reacción no puede ser más contraria a cualquier deontología profesional  y más en la dirección de: si la realidad no confirma mis hipótesis peor para la realidad.  Por qué pregunto yo ¿habrá que derivar de sus palabras que lo que hay que hacer es bombardear a la opinión pública hasta que exprese lo que ella desea?

Se confirma así lo expresado por el escrito de la RAE sobre el sexismo del lenguaje cuando decía:

"… de forma que el criterio para decidir si existe o no sexismo lingüístico será la conciencia social de las mujeres o, simplemente, de los ciudadanos contrarios a la discriminación."  



Sustitúyase sexismo lingüístico por discriminación salarial y se verá que estamos ante la misma actitud: aunque la realidad niegue por todos lados la discriminación salarial femenina, bastará que el neofeminismo la siga sosteniendo para que ésta se convierta en verdad  y, si entre la población este estado de opinión tiene escaso apoyo lo que proceden son nuevas campañas de “información”.


3 comentarios:

  1. Anónimo12:42 p. m.

    Ojo a como razona una fémina en Skup cuando alguien pregunta por qué hay que corregir tantas desigualdades pero no la diferente presencia en la Universidad de hombres y mujeres. Ella dice:

    Las mujeres serán mayoría en la universidad porque se matriculan mas, ¿no te parece?. El Estado no reserva plazas para ellas, ni para ellos.

    Alberto

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    1. Anónimo1:04 p. m.

      "Dime de qué presumes y te diré de qué careces"...estas féminas que tanto presumen de entender e interesarse por la igualdad, no tienen ni interés ni entendimiento igualitario. Lo único que tienen son las anteojeras deGénerantes que bien se describen en crónicas del absurdistán (que ya funciona correctamente)como monoscopio http://www.absurdistan.eu/monoscopio.htm
      Arturo

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  2. Exactamente, tú lo has dicho: la realidad será la que las femiprogres digan que sea. Los hechos sólo son ciertos en la medida en que avalen al dogma.

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