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03 marzo, 2014

Y el cerebro creó al hombre

En realidad una de las ideas conductoras de este libro es que la mente humana consciente ha hecho que la evolución tome un rumbo nuevo precisamente porque nos ha facilitado la posibilidad de elegir, al haber hecho posible una regulación sociocultural relativamente flexible que nos permite dejar atrás la compleja organización social que, por ejemplo, presentan de una manera tan impresionante los insectos sociales. Más bien en estas páginas me propongo invertir la secuencia narrativa tradicional con la que se explica la conciencia y hacerlo de tal forma que el conocimiento oculto de la gestión de la vida preceda a la experiencia de ser consciente de cualquier conocimiento de esta índole. Asimismo afirmo que el conocimiento oculto es bastante sofisticado y no debería ser considerado primitivo. La complejidad de este conocimiento es enorme y su aparente inteligencia notable. (pág. 68-69)

La idea de que existen dos clases de homeostasis, la básica y la sociocultural, no debería interpretarse en el sentido de que la última es una construcción puramente “cultural” en tanto que la básica es “biológica”.  La biología y la cultura son plenamente interactivas. (…) Resulta curioso que sea cada vez mayor el número de pruebas  de que los avances socioculturales  pueden llevar a profundas modificaciones del genoma humano. Baste citar, por ejemplo, que la explotación de productos lácteos y la disponibilidad de leche en la dieta condujeron a cambios en los genes que permitieron la tolerancia a la lactosa. (pág. 439)


Y el cerebro creó al hombre. Antonio Damasio. Ed. Destino, S. A. 2010


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