Uno de los editoriales de El País de hoy con título: Violencia machista, lleva por subtitulo, El desigual trato punitivo al hombre abre la vía a un discutible derecho penal a la carta. Lo que a mi entender es una verdadera pena es que algunos interrogantes que plantea la ley no se hayan abordado antes y lo hagan ahora que ha superado su ratificación por el Tribunal Constitucional.
También en el periódico de hoy, en este caso ABC, aparece la siguiente noticia:
Lo que me cuesta entender es el por qué esta noticia no pasa de la sección de local. Pero, en fin, la sensación de perplejidad y desconcierto que me suscitan estas cuestiones tampoco constituye una completa novedad, más bien parece un rasgo añadido.
El viernes pasado escuché estupefacto una tertulia en la radio en la que Julia Otero, el ex-diputado Labordeta y algún participante más defendían llenos de razón que penar más gravemente a los hombres está justificado por la mayor violencia que estos ejercen.
ResponderEliminarMe puso los pelos de punta la explicación que dio Labordeta para haber votado a favor de la ley en su momento. Algo así como que las mujeres hasta hace poco no tenían derechos y que ya que "el hombre" comete más crímenes, había que castigarlo más duramente.
Entre otras cosas, me pregunté ¿quién es ese hombre del que habla Labordeta?. Si es cierto que ha cometido tantos asesinatos que lo metan en la cárcel!
¿De verdad ha estado alguien que "piensa" así cuatro años en el parlamento elaborando y votando nuestras leyes?
Lamentablemente las llamadas de los oyentes, que defendían que aquello era un error, no fueron capaces de vencer la obstinación de los tertulianos, y algunas se enfrentaron a una hostil Julia Otero que, por ejemplo, negó lo que afirmaba un estudiante de derecho que llamó, y a la que le faltó tiempo para insinuar el machismo de un oyente que se atrevió a comentar las condiciones en las que se quedan los divorciados. Sí aceptó sin embargo el razonamiento de que la discriminación positiva penal en realidad está discriminando positivamente a las agresoras y no a las víctimas, pero eso no fue suficiente para que cambiara de opinión, y recordó que "solo estamos hablando de 3 meses de diferencia"
Se me ocurrieron muchas formas de contestar a quienes defiendían esta ley en la radio. Pero la verdad es que cuando ya había acabado me quedó una sensación de tristeza y desánimo.
Se ha confirmado que en España, lo que aplicado a cualquier otro colectivo sería intolerable, aplicado a los hombres es lo más justo del mundo. ¿Vale la pena discutir con alguien que cree que si mi mujer me agrede a mí es menos grave que si yo la agredo a ella, causando el mismo daño?
Y como tú dices, a buenas horas mangas verdes. Los periodistas salen por un momento de su pequeño mundo endogámico y de intereses inconfesables, donde sólo viven al día, de crisis económica, crisis del PP, ETA, sucesos y las anécdotas que les digan las agencias de noticias de turno, y de repente se dan cuenta de que una ley que se aprobó hace cuatro años puede que haya echado por tierra uno de los principios básicos de la democracia. Quizás alguno se esté preguntando ahora ¿no se suponía que los periodistas debíamos denunciar estas cosas?
Como este artículo de hoy en La Voz:
http://www.lavozdegalicia.es/opinion/2008/05/25/0003_6847960.htm
Bonita puya al PSOE, pero que no se olvide el Sr. Blanco de que esta ley fue votada por unanimidad.
Hay que recordar que hace muy pocos días los hasta ahora dirigentes de Izquierda Unida, firmaron un documento en el que reconocen que desconocían y desconocen el país en el que viven. Yo les doy toda la razón, ahora.
ResponderEliminarLamentablemente hay una falta de reflexión en nuestra clase política que por momentos da vértigo. Estoy convencido de que en un futuro no muy lejano, se producirán más casos reconociendo que no se habían hecho los deberes y se había actuado sin reflexionar lo suficiente.
"Roma locuta, causa finita". La Ley de violencia "de género" ya es oficialmente constitucional.
ResponderEliminarAhora sólo cabe esperar que ocurra como con la "ley seca": cuando todo el mundo esté convencido de que los estragos que produce no compensan sus hipotéticos beneficios, será derogada.
Demasiado tarde para sus víctimas de uno y otro sexo.