Parece cada vez más evidente que no era
Podemos lo que esta sociedad necesitaba y sigue necesitando. Han transformado
lo que era un movimiento de base como el 15M en una organización fuertemente
jerárquica y centralizada en la que su jefe pasa sin despeinarse de mostrar
devoción por Chávez a decirse heredero de Olof Palme, y del bolivarianismo a la
socialdemocracia escandinava como quien se bebe un vaso de agua; de moderar
tertulias en las que se proponen levantamientos populares de liberación
nacional contra la colonialista Alemania a sugerir el gradualismo de las
pequeñas conquistas sociales.
De declararse hermanos ideológicos de
Syriza a callar sobre la composición de un gobierno compuesto exclusivamente
por hombres y en el que el peso del Ministerio de Defensa parece a todas luces
desmesurado, y ahora pasar como sobre ascuas por el hecho de que Varoufakis proponga
en su país una amnistía fiscal como la que el PP puso en marcha en el nuestro
con tan fuerte crítica por su parte o, de que a pesar de mantener entre sus
filas a algunas de las más radicales feministas, Errejón haya debido reconocer que
en su organización las mujeres chocan con un techo de cristal que no existe en
las otras fuerzas políticas.
La política es algo más que una “maquinaria
de guerra electoral”, es algo más que redes sociales, es algo más que calculado
estudio de las encuestas y estudios de opinión en busca de decir lo que la
gente quiere oír, algo más que tertulias
y frases ocurrentes como que hay que frenar las inversiones en el AVE porque
quienes lo usan son las clases medias y altas, como si no se tratase de los
mismos que aprovechan la inversión en la
Universidad, las becas y en general el Estado de bienestar.
Se
necesita algo con más rigor que aquello de casta y gente, y desde luego menos trucos como el de que
todo lo decide la gente cuando en realidad está en la mano de unos pocos que cambian el
discurso a tenor de la flauta que suene en cada momento. De simular democracia
interna pero constituir una organización
fuertemente jerarquizada y en la que no se reconoce la pluralidad.
Es posible que alguno de los elementos
que contribuyeron a su crecimiento exponencial: especialistas en ciencia
política, grupo pequeño y compacto que transmitía un mensaje muy pulido y para
la galería, constituya ahora su debilidad por lo sectorial de su mirada y
porque hay temas sobre los que no se puede
seguir escondiendo la opinión y hay que pronunciarse, y pronunciarse compromete
y hace posible que aparezcan grietas, ya que no se trata de hablar de lo que a
uno le interesa y hacerlo siguiendo un guión de campaña electoral.
Más enjundia tiene analizar su fracaso en
lo relativo al apoyo de las mujeres.
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