He visto “Sólo quiero caminar” la película de Díaz Yáñez sobre cuatro mujeres atracadoras y que, según el autor, quiere reflejar el cambio que ha sufrido la mujer en los últimos 20 o 30 años.
No soy especialmente cinéfilo y por tanto voy a prescindir de un comentario en esa línea. Lo que me llama la atención es haber leído en la prensa que había quien hablaba del personaje de Ariadna Gil como de una heroína o del de Victoria Abril como madre coraje.
En mi opinión el guión peca de lo mismo que pecan esos programas de la uno en los que se empeñan en hacernos creer que los hombres y las mujeres somos perfectamente intercambiables salvo que se gana en el cambio.
Para mí, ambos personajes son completamente inverosímiles y el de Victoria Abril, además de eso, me parece patético en multitud de ocasiones, particularmente cuando herida de muerte recorre la ciudad chorreando sangre para cumplir la promesa que la había hecho a su hijo, un niño que se cría en un bar, de llevar a casa del profesor una redacción en la que el hijo tiene depositadas muchas esperanzas.
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