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20 mayo, 2010

¿Igualdad?

Hace falta mucha fe feminista para creer que caminamos hacia la igualdad, en la dirección de la superación de los roles familiares y sociales, o hacia la disolución de los sexos confundidos en el género. Todas estas cosas que nos viene anunciando el feminismo desde hace tanto tiempo y que constituirían su principal  leitmotiv  y la razón de su existencia. Todo eso que a los profeministas les sirve para decir que lo que el feminismo anuncia reporta ventajas tanto para los hombres como para las mujeres.

Es cierto que la drástica separación de los sexos existente en las sociedades tradicionales se ha visto superada en las sociedades capitalistas avanzadas, principalmente  por la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, lo que por otro lado encaja perfectamente con la dinámica  capitalista de penetración y mercantilización de todos los ámbitos de la vida. Circunstancia esta que arrastra consigo otra serie de cambios,  entre ellos,  la pérdida de peso de la familia en lo que a educación y socialización de los hijos se refiere, que en gran medida se trasladará al ámbito público. (No pretendo hablar de un modelo universal sino del que se está ensayando en  nuestro país)

Por lo demás, si se analiza con más detalle puede comprobarse fácilmente cómo tal cosa no supone una superación definitiva de los roles en el ámbito laboral, mucho menos un mercado de trabajo unificado, sino partido en dos, de tal modo que las mujeres ocuparían con absoluta preferencia el ámbito de la administración pública y los servicios, mientras son lo varones quienes deben seguir desempeñando la inmensa mayoría de los trabajos del sector primario y extractivo, de la industria y la construcción. También los relativos a la seguridad: Ejército, policía, guardia civil, bomberos… más allá de una pequeña participación femenina. Pero incluso allí donde ambos sexos coinciden se producen especializaciones.

La anécdota recogida en otro lugar de la bitácora en relación con la publicación de las cifras de paro femeninas sin referencia alguna ni al paro masculino, ni tan siquiera al total de ambos sexos, aunque simbólica, apunta mejor que ninguna otra cosa a esa concepción egoísta del género de percibir las cosas dependiendo del poder que se tiene, y si hasta este momento se comparaba con la masculina era porque era peor, pero ahora que la administración socialista ha decidido que el empleo que se cree sea para ellas,  han pasado a hablar exclusivamente de lo suyo que es lo único que les preocupa e interesa. Esa extraña ética de exigir reciprocidad mientras se está o se dice estar en peor situación, pero olvidarse de tal cosa cuando las cosas cambian.

Tampoco en el plano de los roles familiares y sociales se observa un viaje hacia una pretendida igualdad que por ningún lado se observa, más bien al contrario asistimos hacia una reafirmación de las diferencias  en base a la pretensión femenina, en buena medida conseguida, de blindar la idea de que los hijos, su educación y formación, ha de ser una tarea femenina de la que conviene mantener alejados  a los hombres lo máximo posible, quienes en el mejor de los casos podrán asumir alguna función subalterna. De forma todavía más estricta se reserva el sexo femenino la determinación de cómo hayan de ser las relaciones de carácter sentimental antes, durante y después del matrimonio, si éste llegase a producirse.  

Por lo demás,  el ámbito público estaría también bajo poder femenino en base a una multiplicidad de elementos que garantizarían ese objetivo: conversión de la ideología de género en filosofía oficial, discriminación positiva, paridad, imposición de la moral de género, prevalencia en los medios de comunicación,  prohibición estricta de ámbitos exclusivamente masculinos al tiempo que se multiplican los de exclusiva presencia femenina… No deja de ser sorprendente, que una retransmisión deportiva no pueda producirse si no es con la presencia de una mujer, pero desde las más altas instancias del Gobierno se puedan organizar encuentros de exclusiva presencia femenina.

Mi impresión es la de que el feminismo pretende en esta etapa histórica reacomodar los roles masculino y femenino  adaptándolos al hecho de la incorporación de la mujer al ámbito público,  pero sin ninguna pretensión de intercambio de papeles, que seguirían estando claramente delimitados y reservarían para el masculino un papel testimonial en lo que a los hijos se refiere, pero mantendrían lo que ha sido su papel histórico de protección, tanto en el plano social como en el individual,  y el desempeño de los trabajos duros y penosos. Quizá ganaríamos tareas en el hogar como  cocinar, pasar la aspiradora o la plancha.  

La mujer se movería entre la administración y los servicios, lo que en cualquier caso le permitiría siempre una relación privilegiada con los hijos y la casa. La conciliación laboral y familiar se constituiría,  sino se ha constituido ya, al menos en el ámbito de la Administración,  en conciliación femenina.  El estado pasaría a ser en buena medida el dispensador de una seguridad que en otros momentos históricos tenían encomendaba los miembros varones de la familia, con el blindaje del que hablábamos en el post anterior. 

En fin, dejo aquí estas notas, consciente de su escaso desarrollo,  por si pudiesen servir de acicate para iniciar algún tipo de discusión que nos permita penetrar y profundizar en ellas, ya que tengo la impresión de que por aquí está el meollo de las grandes cuestiones de las que nos ocupamos en esta bitácora.


12 comentarios:

  1. Más.

    9 de la noche del 20 de mayo. La noticia de la aprobación de la CC preferente en Aragón, ya ha desaparecido de la portada, y de todo sitio, del par de periódicos en los que ha aparecido.

    ¿Hay censura o no? Mi caso es el de Velisnolis en Pórtico Legal, al que ya no me dejan acceder...

    Por cierto, que si Pórtico Legal no me deja acceder a sus foros, debería abstenerse de mandarme spam y mierda publicitaria.

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  2. Anónimo12:23 a. m.

    Estimado Emilio,

    Sin ninguna acritud, quisiera preguntarle (y entiendo que no quiera responder) por qué tiene tanta necesidad de denostar el feminismo. Veo sus comentarios en EL PAIS, leo su blog...parece Vd. una persona muy informada, escribe bien, es trabajador...pero sin embargo creo que hay algo que le hace odiar el feminismo y confundir sus posturas. El feminismo solo busca la igualdad entre personas, sin roles, sin géneros, como dice Vd. en su entrada...por qué denostarlo sí pretende lo mismo?
    Gracias,
    María

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  3. Anónimo3:05 a. m.

    Querida María, el cristianismo, según dicen los Evangelios, es todo él paz y amor, pero, por desgracia, la historia ha demostrado que bajo el nombre de "cristianismo" podían hacerse todo tipo de barbaridades, desde guerras santas hasta tribunales de la Inquisición. ¿Le parecería a usted razonable que se prohibiera criticar la Inquisición alegando que el cristianismo es sólo paz y amor?

    El comunismo, según se afirma en los escritos de Marx, sólo buscaba alcanzar "el paraiso socialista". ¿Aceptará usted que no se puedan criticar los millones de muertos provocados por Stalin, Mao o Pol Pot debido a que lo hacían en nombre del "comunismo", una doctrina que sólo busca el bien de la humanidad?

    Pues aplíquele esto al feminismo. Afirma usted que "sólo busca la igualdad entre personas, sin roles ni géneros", pero lo que hemos visto es que en nombre del feminismo ahora mismo hay es España una legislación penal diferente para hombres y mujeres, y una praxis judicial en la que cualquier varón es drectamente condenado sin más pruebas que la palabra de una mujer. Las feministas españolas con mayor influencia política se oponen con uñas y dientes a la custodia compartida. Hace quince años, las muy feministas diputadas socialistas votaron sin pestañear un servicio militar "sólo para varones" (y, por cierto, la archifeminista Fernández de la Vega es la que se ocupó directamente de perseguir a los insumisos...). ¿Cree usted que, en vista de esto, alguien con un mínimo de sentido crítico puede seguir pensando que "el feminismo sólo busca la igualdad..., sin roles, sin géneros..."?

    (Athini Glaucopis)

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  4. Anónimo10:07 a. m.

    Este post se resume facilmente en pocas palabras: el feminismo persigue y consigue un trato de favor, privilegiado, para las mujeres, no le interesa en absoluto y desprecia los problemas de los hombres como colectivo, vease violencia domestica contra los hombres, menor acceso a formacion subvencionada, menor presencia masculina en infinidad de ambitos sociales, desprecio absoluto de una masculinidad que consideran erronea, trato diferente en funcion del sexo o sea trato sexista en nuevas leyes que se venden como liberadoras de las mujeres, y un largo etc...

    Lo que el feminismo hace en la practica esta clarisimo, igualdad cero, discurso falso y engañabobos, toneladas de desprecio y odio a los hombres, ambitos femeninos intocables de exclusiva presencia femenina, ataques brutales y mezquinos a los hombres que desean relacionarse mas y mejor con sus hijos (custodia compartida), y no sigo porque me revienta constatar a diario que este feminismo en la practica es un fundamentalismo totalitario, fascistoide, misandrico y en ocasiones bastante estupido pero tenemos lo que merecemos, sabemos quien le ha dado el poder a estas señoras para que hagan lo que les da la gana, un tipo que se declara protector de las mujeres y feminista.

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  5. Estimada María:

    No, no odio al feminismo, sólo lo combato. Es más, durante bastante tiempo he compartido los postulados feministas porque entendía que iban en la dirección que tú apuntas: hacia la igualdad, y sigo compartiendo el pensamiento de muchas feministas con o sin adscripción cuando entiendo que son posiciones que se hacen sin apriorismos de género, es decir como personas, sea desde un sexo u el otro.

    Combato por tanto la concepción de género del feminismo, esa concepción que ha situado al hombre como el enemigo a abatir. Combato el feminismo institucional que una vez se ha encaramado en el poder y el BOE hace gala de las peores prácticas, entre ellas la conversión de cualquier debate o diálogo de posiciones sobre la igualdad, en una lucha contra el infiel que lo que esconde es el deseo de reinstaurar un nuevo machismo y que actúa así porque es incapaz de renunciar a los inmensos privilegios que confiere la condición masculina.

    Combato el feminismo que se opone a la custodia compartida, el que sostiene que el hombre debe ser castigado muy severamente por lo que en la mujer sería simple falta, el feminismo ajeno al fracaso escolar masculino, el feminismo de la doble moral con la que se juzgan los hechos dependiendo de quién los protagoniza, el feminismo que con el pretexto de combatir el machismo lo que ha denigrado es la imagen masculina como padre, amante o lo que sea que en cada caso toque.

    Para concluir, decirte que combato al feminismo porque como digo en mi última entrada ni persigue la igualdad, ni la superación de los roles, únicamente pretende el privilegio femenino sin demasiados miramientos, incluso de una forma tan poco estética como muestra esa estadística de La Vanguardia en la que sólo se hablaba del paro femenino, con una comparación a nivel internacional, un poco al estilo de los nuevos ricos que no quieren saber nada con aquello de donde proceden.

    Sólo añadir que el objetivo de la bitácora es la igualdad a través del debate y el diálogo, por lo que te animo a que mantengas tu participación y tu crítica, porque es lo que siempre he pretendido con este blog. Que sepas por tanto que eres bienvenida.

    Un saludo

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  6. Anónimo2:42 p. m.

    Hola!

    Gracias por la bienvenida, Emilio. Únicamente rebatir uno de los puntos de los que hablas (por estar hoy en el candelero): la custodia compartida. El feminismo siempre ha querido la implicación del padre en la educación y cuidado de los hijos. Siempre ha renegado del rol de la mujer como única (o mejor) cuidadora y siempre ha aborrecido la postura paternalista de jueces y tribunales al otorgarle la custodia de los hijos de manera preferente. El feminismo nunca ha apoyado el paternalismo hacía la mujer y las sentencias de divorcio en España siempre han sido muy paternalistas. Creo que no hay que confundir paternalismo con privilegios o discriminación positiva.

    Pensaré en otros temas.

    Un saludo,

    María

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  7. Anónimo5:33 p. m.

    María ha escrito lo siguiente:
    "por qué [Emilio] tiene tanta necesidad de denostar el feminismo. [...] creo que hay algo que le hace odiar el feminismo y confundir sus posturas."
    Parece que María está insinuando que Emilio ha tenido algún problema emocional con las mujeres, y que ello le lleva a criticar el feminismo. Pero por la misma regla de tres también podríamos ver en el feminismo la evidencia de una insatisfactoria vida afectivo-sexual por parte de sus militantes, las cuales canalizarían su resentimiento hacia los varones a través de su vinculación con tal corriente de pensamiento. Y yo, al menos, no voy a hacer ese análisis, porque creo que sería caer en una visión muy simplista de las cosas. Pienso que detrás del feminismo y del antifeminismo hay motivaciones mucho más importantes que ver en aquello la consecuencia de ser poco agraciado físicamente, o lo que de particularmente traumática pudiese haber sido la experiencia vital de cada persona.

    María también ha escrito: "El feminismo solo busca la igualdad entre personas, sin roles, sin géneros". No María. Una filosofía de la vida que buscase la igualdad se llamaría "igualitarismo", y en ella participarían tanto hombres como mujeres. El feminismo, en la práctica, es coto cerrado para la militancia femenina, y de hecho se impide la presencia de los varones en muchos de sus actos. Si lo que se defiende son intereses "desde una perspectiva de género", sobra decir que se está ignorando la perspectiva del otro género, y que no existe empatía, capacidad para ponerse en el lugar del otro. En todo caso el feminismo real -no el teórico, que puede ser muy idílico- defiende intereses corporativos, tal como si fuese un sindicato, y en el contexto de una lucha entre ellas y ellos, entre "dominadas" y "dominadores", entre "buenas" y "malos". Si lo que se buscase fuese la igualdad, se tendría en cuenta el parecer de todos, en la búsqueda de un consenso entre hombres y mujeres, y no se incentivaría la guerra de sexos, que es lo que en la práctica fomenta el feminismo.
    María, es cierto que expones tus planteamientos con educación, y eso se agradece. Pero también caes en la descalificación fácil, como lo es el insinuar desencantos amorosos en la vida de Emilio para desautorizar su crítica al feminismo, que tú percibes como un velado resentimiento contra las mujeres. En eso no te apartas mucho del feminismo callejero, que a falta de argumentación, sistemáticamente recurre a los típicos sambenitos de llamar "machista", "misógino", "sexista" o "falócrata" a todo aquel que no comulgue con los dogmas de la idelogía de género. María, las ideas contrarias se combaten con argumentos relativos a los temas en cuestión, nunca recurriendo a lo que pueda haber en la particular vida privada del que no piensa como tú.
    Un ex-feminista, ateo y de izquierdas.

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  8. Estimada María, feministas como tú quedan muy pocas y en cualquier caso con muy poco poder político o de cualquier otro tipo. Aunque tú pienses lo contrario si tenemos la Ley de divorcio que tenemos es gracias a las feministas.
    Para refrescarte un poco la memoria puedes leer el documento siguiente que te ayudará a recordar la posición del feminismo español en la tramitación de la ley.

    No sólo estuvieron en contra de la custodia compartida sino que consideraron que tal cosa solo la podían defender los maltratadores.

    Es más, hasta el presente esa es la posición defendida también desde el Ministerio de Igualdad, el Instituto de la mujer y mil y una organizaciones de mujeres.

    Te diré también que, en contra de lo que dices, el feminismo sigue oponiéndose a las actuales iniciativas a favor de la custodia compartida y sólo lo aceptarán cuando por mayoría de las cámaras autonómicas se imponga como un hecho consumado.

    Siento tener que ser yo quien te descubra una cara de feminismo que pareces desconocer, y que es cualquier cosa menos guapa.

    En cualquier caso saldrás de esa porque a la mayoría de los que escribimos en esta bitácora nos pasó lo mismo aunque en mi caso hace ya bastantes años.

    Un saludo

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  9. Anónimo11:47 a. m.

    De la pintoresca izquierda que nos ha tocado sufrir lo de I.U. en este asunto se lleva la palma. Su inoperancia los ha hecho reaccionarios y su izquierdismo de salón los ha alejado tanto de la realidad que se pasan la vida levitando. Quizá la imagen que mejor resuma lo que son nos la dé su petición de que el Ministerio de Igualdad pase a ser Ministerio de la mujer (no sé si porque consideran poco feminista lo que hay); o saber que Cayo Lara en su visita al Rey le explicó los planes de la III República.

    Alberto

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  10. Anónimo5:07 p. m.

    Emilio,

    En relación al artículo Obras son amores de Ana María Pérez del Campo, según mi opinión ella habla de la no idoneidad de la custodia compartida en los casos en los que existe violencia de género. Critica la custodia compartida en los casos en los que los hijos se puedan convertir en arma arrojadiza entre la pareja. No se puede obviar que ese puede llegar a ser un problema de la custodia compartida. Pienso que es posible que en algunos casos la custodia deba darse al miembro de la pareja más idóneo (padre o madre, el más idóneo, sin pensar en su sexo, estoy 100% en contra de dar la custodia a la madre por defecto, paternalismo judicial lo llamo yo).

    En cuanto a lo que comentas del Instituto de la Mujer oponiéndose a la custodia compartida, según el País del día 21/05/2010, en el artículo Igualdad busca la custodia compartida, esto no es así, copio párrafo:
    Frente a ese planteamiento de Justicia, el Ministerio de Igualdad se muestra más flexible y es partidario de abrir el debate nacional con un grupo de reflexión para avanzar en lo que denominan corresponsabilidad parental. La cartera que dirige Bibiana Aído, según fuentes de ese ministerio, juzga esa fórmula positiva por lo que supone de avance en responsabilidad compartida de padre y madre, aunque implica ciertos riesgos.

    Sobre lo que comentas del feminismo escondido te respondo que sí, por supuesto que puede haber (y habrá) un feminismo cuyas reclamaciones sean ridículas pero por poner un símil que se me ocurre: ¿Te gusta el fútbol? Sí me respondes que sí, yo jamás te consideraría una persona violenta porque haya grupos ultras que sí lo sean. Entiendo que ese es un fenómeno que existe dentro del mundo del fútbol pero que no afecta a la totalidad de las personas a quienes les gusta el fútbol. ¿Por qué con el feminismo no es así? ¿Por qué sí alguien se declara feminista y dice una barbaridad, esa barbaridad ya es asumida como doctrina feminista? ¿Es por desconocimiento de los postulados feministas o por qué hay un interés exacerbado en denostar el feminismo?
    Un saludo,
    María

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  11. Si no me equivoco hoy has participado en el mismo debate que yo en El País y has leído la misma información que yo que deja bien a las claras todos los extremos de la discusión, entre ello que en la práctica la actual Ley de divorcio hace imposible la custodia compartida, que eso se debe a modificaciones en la Ley a última hora de las un grupo de diputadas que recogían la opinión de Ana María Pérez del Campo y otras destacadas representantes del feminismo institucional, que el partido socialista se comprometió a corregir aspectos de la Ley como la opinión vinculante del fiscal para aprobar la custodia compartida,pero nunca lo hizo, que en todo este tiempo no sólo el Ministerio de Igualdad sino todo el feminismo de las instituciones, no sólo vino respaldando la Ley sino sosteniendo que quienes pedían la custodia compartida eran maltratadores,idea que luego extendieron al SAP... etc. etc. Si quieres podemos repasar el proceso con más detalle, pero tengo la sensación de que lo que estoy diciendo no lo niega ni Bibiana Aído. Entiendo que te resulte duro admitir que el feminismo pueda ser un tinglado de intereses pero lamentablemnte en muchos casos lo es y éste es uno de ello.

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  12. Anónimo6:05 p. m.

    María ha escrito:

    "¿Por qué con el feminismo no es así? ¿Por qué sí alguien se declara feminista y dice una barbaridad, esa barbaridad ya es asumida como doctrina feminista? ¿Es por desconocimiento de los postulados feministas o por qué [sic] hay un interés exacerbado en denostar el feminismo?"

    María, si piensas que hay una especie de conspiración machista-patriarcal para "denostar el feminismo" haz el favor de explicitarla, y no nos dejes con la duda de saber qué es lo que realmente querías dar a entender. Nadie va a proponer que te expedienten, te sancionen o te callen la boca, como hacen las organizaciones feministas con los que no dicen amén a los dogmas de la ideología de género, así que no tienes nada que perder por llamar a las cosas por su nombre.

    María, en tu primera participación señalabas respecto al escrito de Emilio "que hay algo que le hace odiar el feminismo y confundir sus posturas", con lo que implícitamente dabas a entender que había algo en la vida privada de Emilio que lo llevaba a transformar un conflicto con las mujeres en antifeminismo. Ahora cambias de enemigo, y ya no es una persona individual, sino todo un movimiento conspiratorio que pretende "denostar el feminismo".

    María, el victimismo es la enfermedad infantil del feminismo, porque es de victimista suponer que tus ideas son atacadas por el mero hecho de haber sido postuladas por mujeres, y es infantil, porque carece de empatía y capacidad de autocrítica. Las miserias del feminismo no se reducen a lo que puedan protagonizar grupos marginales de feminazis similares a los aficiones ultras del fútbol, sino que vienen de la mano del feminismo institucional y subvencionado, y con el silencio cómplice de las feministas "buenas", fieles a la utopía teórica de las profetas de género.

    María, el socialismo real sucumbió no bajo las armas del enemigo capitalista, sino que se derrumbó por su propia incapacidad para generar riqueza y libertad. De la misma manera y por méritos propios, el feminismo está cavando su propia tumba de descrédito social, porque por mucho dinero que se invierta; por masiva que sea la propaganda oficial y de los medios afines al Régimen, la realidad de la calle -e internet es un reflejo de ello- se aparta cada vez más de esa armonía feliz entre hombres y mujeres a la que supuestamente nos estaría llevando el movimiento feminista con su praxis. Soledad y odio entre los sexos, esos son los únicos "logros" de una ideología que desde sus inicios fue sexista, discriminatoria y elitista, y cuyo único salto cualitativo fue pasar de ser patrimonio de grupos minoritarios a convertirse en religión de Estado, en doctrina oficial de partidos políticos e instituciones nacionales y supranacionales.

    María, si de verdad crees que hay feministas "puras", y que no todas dicen "barbaridades", sé la primera entonces en denunciar que una feminista confesa como Hillary Clinton esté gestionando la guerra de Afganistán; sé la primera en denunciar una ley contra la violencia de género que castiga de forma desigual en función del sexo de víctimas y verdugos; sé la primera en clamar contra la discriminación positiva por el mero hecho de ser mujer; sé capaz de revelarte contra el monstruo que estás contribuyendo a crear, antes que la historia del feminismo real demuestre que las mujeres fueron perfectamente capaces de hacer las cosas tan mal como los hombres.

    José

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