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16 junio, 2010

A vueltas con la custodia compartida

El artículo de María Sanahuja nos debiera hacer reflexionar en profundidad sobre lo que está pasando con el “feminismo” en nuestro país e interrogarnos sobre algunas cuestiones. Y la primera sería preguntarnos por qué, y al contrario de lo que sucede en otros países, en el nuestro reclamar la custodia compartida se ha convertido en una tarea tan ardua y difícil de tal modo que también para alguien como ella: progresista y feminista de larga trayectoria deba recurrir a todo el argumentario histórico del feminismo para algo que aparentemente no precisaría de tanta carga argumentativa pues en última instancia se trata de reconocer a ambos progenitores los mismos derechos, pero sobretodo el derecho de los hijos a no verse privados de su padre sencillamente porque ha habido un divorcio o una separación de por medio.

Habría que preguntarse en manos de quién estamos para que quienes gocen de todo el apoyo estatal sean personas que han identificado este elemental derecho con el apoyo a los maltratadores y para quienes esta señora se ha convertido en una especie de bestia negra a quien le debiera estar vetado el derecho de expresión. Quizá algo apunta ella misma en este párrafo:

“Lo que proponen esos grupos de presión es apoderar a las mujeres practicando una inicial expoliación al padre de sus hijos, pues apropiándose de estos se consigue de inmediato todo el pack (hijos, vivienda, pensión).”

En mi opinión la cosa va mucho más allá y lo que habría que indagar es si realmente es posible encontrar algún atisbo de igualdad en cualquiera de sus propuestas: estén éstas referidas al ámbito del trabajo, de la familia o del mundo cultural, social y político. 

5 comentarios:

  1. El artículo me ha suscitado envidia (sana): ¿Cuando podremos leer artículos así de bien argumentados desde la óptica masculina? Es decir, por que no hay hombres que escriban así (bueno, blogs como este y alguna otra cosita perdida en un mar de textos).
    Por cierto, Emilio, a cuenta de tus últimos posts sobre la macroencuesta, quiero sugerirte si no podrías redactar un texto de unas 20 líneas que recoja tus principales argumentaciones. Un texto sucinto que se pueda rebotar por listas de asociaciones de padres y algunas otras cositas (mal) organizadas que hay por ahí. Si como pretendes, hay que crear opinión, lo primero es difundirla desde nuestros precarios medios. Tomar conciencia de esa tomadura de pelo, que no sea recibida acríticamente como las otras. Ahora hay bastante movida por internet, desorganizada y caótica, pero hay movida. Quizás rebotando una alerta sobre esa encuesta que se prepara pueda generarse un estado de opinión. Quien sabe.
    Saludos

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  2. Anónimo10:23 a. m.

    La lógica implacable de la magistrada recuerda que, en el caso particular de la custodia de los hijos, se cumple un principio general: los sistemas de "discriminación positiva", además de ser intrínsecamente injustos, acaban siempre por ser un refuerzo del reparto sexista de roles que dicen combatir. Si para alcanzar un determinado objetivo laboral se obliga a los varones a hacer un esfuerzo mayor que a las mujeres, el resultado sólo puede ser que, por una parte, los varones sean más competentes profesionalmente (cosa que la burocracia funcionarial podrá ignorar, pero que el mercado no ignorará jamás), y que, por otra parte, en las parejas heterosexuales las tareas domésticas sigan correspondiendo en mucha mayor proporción a las mujeres, para compensar la mayor presión que se impone al varón en el trabajo extraconyugal.

    (Athini Glaucopis)

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  3. Anónimo1:27 p. m.

    Lo que me ha sorprendido del impecable artículo de Sanahúja (ojalá se oiga mucho más su voz) es que prácticamente no alude a los derechos de los hombres, sino que se centra en los beneficios que la custodia compartida tendría para las madres. Creo que así está lanzando sibilinamente el mensaje de que el feminismo radical, en su odio ciego a los hombres, termina perjudicando también a las mujeres. Yo creo que esto ya lo saben muchísimas mujeres, que rechazan esa ideología, pero está muy bien que se siga diciendo.

    Me ha sorprendido también gratamente que un diario como El País, gran portavoz del hembrismo, publique un artículo de esta mujer, que como sabemos es considerada como enemiga acérrima por las "vigilantes del género". Incluso intentaron que el CGPJ la mandara callar cuando habló de las denuncias falsas. ¿Pluralidad en El País? Bueno, bueno, ya veremos.

    Muchísimas gracias por tu labor, Emilio.

    Fdo.: Juan Carlos

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  4. Cuando hablo de que en internet hay movida, aunque desorganizada, es por ejemplos como este
    http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/719909/juez/poco/responsable.html
    No me refiero a al artículo (más de lo mismo) sino a los comentarios al artículo, que todos son de crítica.
    El lobby del feminismo del resentimiento ha colocado sus peones en los centros de poder: en el gobierno(Lorente y Cia.), en el CGPJ, en el Tribunal constitucional, parece que en el CIS...
    La periferia, com estos rincones de internet, queda para el pataleo, los damnificados o los minoritarios análisis críticos (como este blog).
    Venga Emilio, anímate y difunde la crítica a la macroencuesta.
    Saludos

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  5. He incorporado las propuestas de Enric y realizado algunos otros pequeños cambios y me ha quedado como sigue:


    LA MACROENCUESTA QUE PREPARA EL MINISTERIO DE IGUALDAD: ¿CIENCIA O IDEOLOGÍA?

    Un feminismo institucional, el que considera al hombre como el responsable único de cuanto malo hay en el mundo y dice que hay que cambiar la masculinidad; el que niega el derecho a un divorcio justo y la custodia compartida de los hijos; el que se ha propuesto destrozar el diccionario con sus: miembras, feminarios y jóvenas; el de las bibliotecas de mujeres; ese que dice que la historia de la humanidad es la historia de un varón azotando y maltratando a una mujer; se propone, al igual que sucedió en otras tres ocasiones, realizar de nuevo una encuesta sobre la violencia de pareja.

    Y nada habría que objetar a tal propósito si la intención fuese detectar los protagonistas y las formas de ejercerla: mediante la fuerza física o la presión psicológica, la amenaza abierta o el chantaje velado, por hombres y mujeres o por mujeres y hombres, de tal modo que alcanzásemos a tener una imagen, lo más objetiva y próxima a la realidad, de un fenómeno que, por producirse mayoritariamente en el ámbito privado, no es posible conocer de forma directa.

    Pero, al igual que en las tres encuestas previas, el objetivo no parece éste, pues de entrada se excluye al varón; es decir, de antemano se nos dice que sólo hay una posible víctima y un único verdugo, unos seres a quien proteger (ellas) y otros seres a quien castigar (ellos), en una construcción de la realidad no sólo falaz y mentirosa, también interesada. Sería engañarnos diciendo que se puede conocer de una disputa entre dos personas preguntándole únicamente a una de ellas.

    Por eso debemos decir: no a que se siga alimentando una ideología de género que nada bueno ha aportado a la sociedad; no a engordar una guerra de sexos basada en el maniqueísmo de buenas y malos; no al uso de los presupuestos del Estado para elaborar una encuesta no sólo acientífica, también segregadora y sexista; no a una encuesta que va contra cualquier forma de entender la igualdad y la equidad entre las personas.

    Y por lo mismo, decir sí, a una encuesta que no presuponga que la violencia entre el hombre y la mujer es unidireccional y sí en los dos sentidos y que, en consecuencia, se pase a todas las personas sin distinción.

    POR LA IGUALDAD, POR LA EQUIDAD, CONTRA LA SEGREGACIÓN Y EL SEXISMO, DIGAMOS SI A UNA ENCUESTA SIN DISTINGOS ENTRE LAS PERSONAS.

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