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01 octubre, 2010

Cuando todo vale

A río revuelto ganancia de pescadores, dice el dicho,  y ese parece ser el criterio aplicado por Joan Queralt a la hora de escribir sobre de la ley integral contra la violencia de género. Porque sino díganme ustedes qué hace la Ley contra la violencia de género al lado del Estatuto de Cataluña. No es fácil de explicar, pero menos si quien habla de ambas se presenta como catedrático de derecho penal.

De todos es sabido que la ideología de género es una creencia que divide al mundo en dos: mujeres y hombres, sin fisuras ni en la división, ni en el interior de los propios conjuntos resultantes. Es la primitiva e infantil necesidad de dividir al mundo en buenos y malos cuando no  se es capaz de  asumir su complejidad. Y si es difícil admitir este dualismo en el plano ideológico y político, resulta absolutamente inadmisible cuando se pretende pasar por criterio técnico-jurídico.

Ese  maniqueísmo de buenos y malos aparece ya en las primeras líneas de su escrito al situar por un lado a los partidarios de esas leyes, además de  la del aborto y la de matrimonios homosexuales, y por el otro a sus detractores. Es más se pretende que algo bueno habrá en ellas si existe esa oposición. ¿Quién  habla aquí el catedrático de derecho o el ideólogo?  ¿Quizá pesa el hooliganismo de la rivalidad Madrid-Barça?

Pero, digo más, ¿le parece a este señor que son los mismos sectores: jurídicos, sociales y políticos los que no admiten los pronunciamientos del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, y los que lo hacen sobre la LIVG? ¿Cómo interpretar que habiendo en ambos lados contestación a las disposiciones judiciales, sólo le parezcan reprochables unas?


Pero donde creo que alcanza cumbres difíciles de superar es cuando sin empacho habla de las garantías procesales como hiperformalismo o cuando abiertamente sostiene la inversión absoluta de la carga de la prueba y no digamos, cuando habla de su capacidad para establecer un dictamen psicológico mediante la mera observación y, cómo no, algo de sensibilidad. 

Algo me dice, que cualquier hombre que tuviera la desgracia de ser juzgado por este señor, con independencia de  los hechos, y si quien acusase fuese alguien con medianas dotes teatrales, llevaría todas las de perder. A lo que seguramente contribuiría esa sensibilidad de la que este señor hace gala. 

8 comentarios:

  1. Anónimo5:33 p. m.

    Lo cierto es que ese artículo está escrito únicamente para quienes tragan con toda la superchería y la charlatanería en que se sustenta la trama del hembrismo institucionalizado. A mi, que no trago, me pareció un subproducto panfletario huero, fatuo, disparatado y, sobre todo (lo auténticamente imperdonable), tan ayuno de argumentos como ahíto de dogmas. A todas luces impropio de un experto en derecho penal al que se le presupone un dominio de las artes de la lógica y de la argumentación. Todo el escrito se basa en una serie de afirmaciones apodícticas; tautologías con pretensión de axiomas. Pero, a diferencia de las ciencias físicas y las matemáticas, las ciencias humanas no admiten axiomas con facilidad, y menos cuando los presuntos axiomas no son sino trágalas, ruedad de molino con las que hay que comulgar apriorística, acrítica y obligatoriamente.

    Así yo, que afirmo que es innegable que nuestra sociedad tiene un fuerte componente machista/sexista, reniego abiertamente de afirmaciones que pretenden la existencia de presuntas conspiraciones universales machisto-masónicas destinadas a perpetuar no se sabe bien qué dominación sobre La Mujer (entendida como ente abstracto). Por tal causa, y dado que rechazo radicalmente que baste con la mera declaración de una mujer para que existan malos tratos, y me río abiertamente del candor de quienes consideran que las mujeres, seres de luz, son incapaces de cometer maldades (cualidad reservada a los hombres), no me opongo a que las mujeres maltratadas reciban toda la protección que necesiten ni a que los maltratadores sean debidamente castigados... pero pongo como única condición la que a todo delito se exige: que haya pruebas fehacientes de la comisión del mismo y no meras declaraciones genéricas de principios.

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  2. Estimado anónimo, aún cuando son más las coincidencias con lo que dices que las discrepancias, me gustaría hacer algunas aclaraciones. Sin quererlo parece como si ya hubiéramos hecho nuestro el punto de vista del género, en el sentido de que esta violencia sólo puede ser masculina, cuando los estudios nos muestran una vez sí y otra también que se trata de una violencia bilateral. En la web de Absurdistan se pueden consultar muchos de estos estudios.

    El punto de vista de Joan Queralt sólo es sustentable si se parte de una culpabilidad genérica de los varones. Sólo así se puede sostener que no habría que demostrar la relación de dominio en cada caso concreto.

    Paradójicamente los varones que defienden esta culpabilidad genérica, para exorcizar la cuota de responsabilidad que les correspondería, precisan presentarse como los campeones del género, y por eso son capaces de ir más allá que la feminista más misándrica.

    Para completar este cuadro surrealista resulta que la responsabilidad genérica de los varones se da por supuesta, y la concreta tampoco hace falta probarla porque con la genérica basta. Total, aquí no hace falta demostrar nada en ningún caso, ni la genérica, ni la concreta y como por arte de birlibirloque todo lo avanzado desde la Ilustración hasta aquí se nos hurta y de nuevo nos encontramos en una sociedad donde los mitos dan por finiquitada la razón retrotrayéndonos a tiempos que creíamos superados.

    El tema es muy serio, la confusión mucha, en mi fuero interno quiero mantener la confianza de que de nuevo la luz se hará sobre la ceguera de esta nueva religión laica, pero tengo la sensación de que lo vamos a tener que pelear mucho y nada nos será regalado. Otro dato relevante que arroja este pequeño debate quizá haya que encontrarlo en el hecho de que aunque lo que se discuten son las posiciones del feminismo de género, el debate se está produciendo sólo entre varones.

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  3. Anónimo11:33 a. m.

    Querría dejar aquí la anécdota que me ocurrió ayer. He tenido la suerte de que mi hijo de 12 años fuera seleccionado para formar parte de un grupo a los que profesores de la Facultad de Ciencias Exactas les van a intentar desarrollar sus habilidades matemáticas. Ayer se celebró la inauguración del curso de este año al que acudieron los alumnos seleccionados el año anterior y los que lo han sido éste. Aproximadamente, eran en total unos 50 de los que sólo 7 eran niñas. Una de las madres que estaba sentada delente de mí manifestó su contrariedad al respecto, diciendo que no entendía cómo podía ser que hubiera tan pocas niñas dado que son mucho más listas y sacan mejores notas que los niños. Otra madre a su lado asentía. Afortunadamente, el marido de una de ellas respondió que menos mal que Zapatero y su ministra de Iguldad no estaban presentes porque si no seguro que quitaban a la mitad de los niños inteligentes que había allí y los sustituía por un grupo de niñas con menores aptitudes. Las dos mujeres se quedaron calladas aunque en sus caras se veía su desagrado.

    Sin embargo, las dos mujeres no se fijaron en que en el grupo de 25 seleccionado este año había dos asiáticos (del sexo masculino). Mi conclusión al verlos fue que existe una proporción significativa de asiáticos que tienen una especial habilidad con las matemáticas, cosa que he podido corroborar en mi experiencia laboral y universitaria. Por el contrario, las mujeres, al ver menos niñas en el grupo, no pensaron que existe una proporción elevada de niños que tienen más habilidades en matemáticas que las niñas. No. Concluyeron que algo raro sucedía que provocaba que no hubiera más niñas. Supongo que lo achacarían al patriarcado.

    Está claro que la población en general ya lleva metido en el cerebro que tiene que haber paridad en todos los campos de la ciencia, las artes, la política, el deporte ..., independientemente de la capcidad que tenga cada persona para esas materias.

    Gracias a Dios, tanto la Facultad de Exactas de la Universidad Complutense como los patrocinadores del curso no piensan eso mismo y seleccionan a los niños por su potencial y no por su sexo. Y espero que las garras del Ministerio de Igualdad no lleguen hasta estos lares.

    (Pablo)

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  4. Un reportaje en el suplemento Crónica de El Mundo de hoy domingo es desde luego una cumbre difícil de superar. Con el ante título "un pueblo sin hombres" la reportera Joana Socías nos describe Umoja, la republica de las maltratadas en Kenia. La describe como "un lugar donde hace mucho tiempo el hombre dejó de ser un animal necesario". La autora del artículo parece promover la idea de un nuevo apartheid en África, en el que los hombres serían los nuevos apestados. La aldea es por supuesto, todo un éxito del feminismo. Por cierto, son este tipo de aldeas las que financia nuestra vicepresidenta en sus viajes turísticos a África. ¿Cuantas cartas al director se enviarán como protesta al sexismo demostrado por la autora de esté articulo?.

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  5. Leo en El País un artículo sobre la pena de lapidación por adulterio. Se menciona la campaña global contra el asesinato y la lapidación de mujeres. Se menciona que en algunas sociedades el honor de la familia se deposita en el sexo de la mujer. Se habla de que en Afganistán los políticos están dispuestos a sacrificar los "derechos humanos de las mujeres y de ciertas minorías".

    Pero curiosamente, también habla de que en Irán, según Amnistía Internacional, "al menos nueve mujeres y cuatro hombres han sufrido esa condena", y en el caso de Afganistán la víctima fue una pareja.

    http://www.elpais.com/articulo/sociedad/adulterio/delito/algo/elpepusoc/20101003elpepisoc_1/Tes

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  6. Manu, tengo la impresión de que, cada día con más claridad, se demuestra que, cuando muere una mujer muere una mujer y algo pierde la Humanidad entera, y cuando muere un hombre, en el mejor de los casos, muere gente.

    Es escandaloso que el feminismo que si por algo se caracteriza es por dividir y segregar hable de igualdad y no se les caiga la cara de vergüenza. En la primera, lo sé por mi suegra, la moda de TV1 está en hacer reportajes sobre Africa en los que las únicas que trabajan son las mujeres mientras los hombres se pasan el día holgazaneando.

    Es una pena que no se les ocurra nunca hacer los reportajes en las obras de por aquí, o explicar si lo de los mineros chilenos es una casualidad o se trata de algo que ocurre en todas las minas del mundo... Es verdad que obligan a recordar cosas que debieran ser evidentes para todo el mundo, pero por lo que parece lo del feminismo es de otro mundo.

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  7. Pablo, enhorabuena por lo de tu hijo. En Santiago de Compostela la participación es más equilibrada, aunque me temo que sea porque se ha establecido algún tipo de cuota. En cualquier caso los alumnos, por término medio, son mejores en Matemáticas y las chicas en razonamiento verbal.

    En España y a pesar de que las Matemáticas son importantísimas para la vida, el nivel medio de los alumnos según PISA está por los suelos y sin embargo ha sido imposible, a pesar de la petición de los profesores de esta materia, aumentar la carga horaria en una hora a la semana de tal modo que resultase una materia diaria.

    Ahora sabemos que con la nueva selectividad se puede esquivar el examinarse de Matemáticas y otras materias importantísimas.
    El resultado es que se resienten los alumnos varones, pero se resiente también la calidad de la enseñanza, que como arroja un estudio tras otro, convierten a nuestro sistema, incluida la Universidad en algo que está mucho más cerca del tercer mundo que del primero.

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  8. Anónimo12:55 p. m.

    Estimado anfitrión: le agradezco su contestación. He de puntualizar que si mis palabras han dejado la impresión de que he asumido la perspectiva de jenaro (rechazo el anglicismo por supérfluo y, sobre todo, por ñoño) habrá sido bien a mi pesar, pues lejos de mis intenciones el comulgar con ese tipo de radicalismos postmodernistas carentes de todo fundamento científico. Tengo mis defectos pero no quiero añadir éste a ellos.

    No me considero un hombre maltratado y espero no llegar a serlo; pero sé que existen muchos tipos de malos tratos y muchos hombres que los sufren. Si he nombrado el componente machista/sexista de la sociedad no es por desacreditar a los hombres que luchan por la igualdad sino para manifestar mi independencia respecto de quienes, más que luchadores contra el hembrismo, son misóginos o antifeministas.

    La ley de violencia doméstica tiene tantos fallos que únicamente su derogación total y su sustitución por otra pondría fin a los desafueros que a su amparo se cometen. Yo, cuando este debate comenzaba, me pronuncié por una ley que no diferenciase entre hombres o mujeres sino que únicamente se centrase en los malos tratos; en los baremos para su calificación; en la posible existencia de circunstancias agravantes, atenuantes o eximentes... lo que cualquier ley normal viene haciendo. Es en los baremos en donde podrían haberse incluido, sin merma alguna para los derechos de las mujeres, circunstancias como la dependencia económica o emocional.

    No me extenderé sobre otros aspectos de mi crítica porque no es, creo, el momento adecuado. Únicamente diré que sigo pensando que los malos tratos no distinguen de sexos, sin perjuicio de que puedan ser las mujeres quienes más los sufren y que la ley no debe tampoco distinguir. A ello, sin embargo, añadiré que esa ley es puramente revanchista y vengativa, ya que carga muchísimo más las tintas en castigar al macho dominador y en despojarle moral y económicamente que en la auténtica protección de las mujeres. Que a estas alturas todavía haya jueces que impongan ridículas medidas de alejamiento (que sólo los hombres de buena voluntad acatan... y no impiden, la experiencia lo demuestra, los asesinatos) o que el Ministerio gaste su pólvora en salvas con ridículas campañas propagandísticas que los maltratadores ignorarán y a los demás nos avergüenzan (no ya por el sambenito que nos quieren imponer sino por las mezquinas formas en que quieren hacerlo y por la patética asunción que algunos hacen del mismo sin darse cuenta de hasta qué punto malbaratan su dignidad) me parecen a tal punto manifestaciones de una baja política inmunda que me pregunto si no estaré desvariando.

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