En la introducción de: Moi aussi… Moi plus…, Yvon Dallaire escribe:
El hombre y la mujer son iguales y… casi similares. De hecho somos más parecidos que diferentes. Se podría comparar al hombre y la mujer con dos procesadores de texto poseyendo cada uno sus especificidades. Nuestras semejanzas constituyen el 97’83 % de nuestra naturaleza humana: hombres y mujeres tienen dos piernas, dos brazos, un cuerpo, una cabeza y sus vidas giran en torno a las mismas dimensiones: personal, de relaciones, profesional y parental. Sus necesidades son sensiblemente las mismas: sobrevivir, amar y ser amado, realizarse, reproducirse. Sus miedos también. Sus cerebros tienen las mismas estructuras…
Los hombres y las mujeres son parecidos, pero también diferentes. Ni peores, ni mejores, diferentes. ¿Se le ocurriría a alguien, en este siglo XXI, declarar una raza superior a otra? ¿Por qué intentarlo entonces con el sexo? Sino por pura mala intención política, a fin de obtener poder.
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Dejo aquí esta entrevista con la ministra alemana de familia. Es interesante comparar lo que dice con lo que dice aquí Aido.
ResponderEliminarhttp://www.spiegel.de/international/germany/0,1518,728175,00.html
Y al parecer sus declaraciones han causado cierto debate:
ResponderEliminarhttp://www.guardian.co.uk/world/2010/nov/09/german-feminist-alice-shwarzer
Ya sé que no es sencillo, pero os agradecería en nombre de los que leen esta bitácora, que cuando comentéis una noticia en inglés o cualquier otro idioma, hicierais un pequeño resume para el que no conoce el idioma y quiere enterarse de qué va la información. Gracias.
ResponderEliminarDisculpa Emilio. El resumen es que la ministra de familia alemana muestra una actitud bastante receptiva ante algunos problemas masculinos, y eso no ha sentado bien a algunas feministas.
ResponderEliminarGracias Manu. La petición no es tanto por mí que aunque tengo un nivel flojo en inglés me las apaño con el traductor, sino por algunas personas que tienen pedido que en estos casos si es posible se haga un pequeño resumen en castellano.
ResponderEliminarPara mí siendo muy importante lo que dice la Ministra de familia alemana, en relación con la necesidad de variar algunas cosas en la escuela a fin de corregir la brecha de género, o la no aceptación del sistema de cuotas, también su rechazo de la afirmación de Simone de Beauvoir: “No se nace mujer, se llega a serlo”, lo que más me llama la atención es la reacción furibunda del feminismo de género tratando de acallar su voz, aunque los argumentos utilizados sean todos fruto del más puro subjetivismo.
Emilio,
ResponderEliminarTraduzco un par de párrafos del artículo de The Guardian que menciona Manu. La pugna, por lo que he leído, es, una vez más, entre la sensatez y el dogmatismo de género.
(La ministra)…no se mostró convencida por el argumento feminista de que rechazar las relaciones heterosexuales a favor de las homosexuales “es una solución adecuada para corregir la desigualdad femenina”. También atribuyó el fracaso escolar masculino al desproporcionado número de profesoras femeninas. Rechazó las ideas de las cuotas para favorecer laboralmente a las mujeres.
Schwarzer (la Lidia Falcón alemana) atacó a Schröder's (la Ministra) porque esta afirmara que el hecho de que algunas mujeres ganaran menos que los hombre al hecho de haber elegido los estudios equivocados, así como su iniciativa a corregir el mayos fracaso masculino. La feminista concluye que tales acciones no son necesarias, ya que según ella de las 185 mayores empresas alemanas, 181 están dirigidas por hombre (añadiría yo que probablemente en Alemania los trabajos más peligrosos y degradantes los realizan seguramente los hombres, al mismo tiempo que igual que en la mayoría de los países occidentales representarán más del 95% de las muertes en accidentes laborales. En cualquier caso, falaz argumento el suyo para seguir potenciando el fracaso escolar masculino).
Se te olvida el detalle del desacuerdo con Simone de Beauvoir en su afirmación de que la mujer no nace, se hace, porque significa poner en cuestión el pilar fundamental del feminismo de los últimos decenios del siglo XX y lo que va de éste, y es fuente de la mayor parte de los dislates de este feminismo, por ejemplo la afirmación de que las diferencias entre hombre y mujer son fruto de la cultura.
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