Estas son las razones de Gabriela Cañas para justificar el nuevo espacio que tan generosamente les cede el diario El País a las mujeres. Como podréis observar en la lectura el no inicial acaba siendo un sí rotundo.
Los objetivos son: los núcleos duros de la política, la empresa, la banca y los medios. Nada que ver con la pequeñez de nuestros problemas y preocupaciones: fracaso y abandono escolar, custodia compartida, justicia sin género, igualdad, etcétera.
Tampoco nada sobre la crisis económica y el empleo, el marco institucional europeo y su más que evidente incapacidad para los retos de nuestro tiempo, nada sobre la articulación del Estado y por supuesto nada que decir sobre la crisis demográfica o el fracaso y abandono escolar. Yo diría que un espacio más para qué hay de lo mío.
Y, ahora unas preguntas:
¿Es igualitaria, equitativa o justa, la pretensión de un sistema social en el que siendo dos, a uno se le dé donde le falta, sin quitarle donde le sobra y, al otro, se le obligue a dar sin derecho a recibir?
Y todavía una cuestión anterior a todo esto:
¿No estando claro que la igualdad signifique identidad, el mecanismo de la coerción legal puede entenderse como un mecanismo apropiado para resolver este tipo de asuntos?
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