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01 mayo, 2010

Todavía el hiyab

Interesante entrevista en la que por fin se habla de hechos concretos y no se proyectan los prejuicios de cada uno a su libre albedrío:

-       Parece claro que es Najwa  -y no su padre o su novio, como tantas apuntaron-  quien decide ponerse el velo.

-       Parece claro también que el reglamento de orden interno del instituto no correspondía a un colegio “pijo” que quería dejar fuera a una musulmana, sino que se hizo pensando en las gorras y viseras de los chicos, pero que al quedar redactada la prohibición como “cabeza cubierta” evidentemente dio pie a que alguien se sintiera discriminado pensando por qué él no podía estar con visera o gorro en clase y ella con hiyab sí. En cualquier caso conviene saber que no era el rechazo a un símbolo religioso lo que provocó la decisión ya que la chica pudo asistir a clase durante un mes con él puesto.

-       El instituto, aún cuando ninguna autoridad educativa salió en su defensa, hizo lo correcto, aplicar un reglamento aprobado por el Consejo escolar y  ratificado por la administración educativa. El argumento de que debe prevalecer el derecho a la educación se puede aducir en este caso pero también en cualquier otro, lo que haría inaplicable cualquier resolución que implicase la expulsión de un alumno, incluida la del chico que se negase a quitar la visera y, me supongo, que nadie interpretaría en ese caso que al chico le asistían todos los derechos.

-       El debate abierto en nuestro país a propósito de este caso se ha hecho prescindiendo de todos estos datos y hechos, por lo que cada cual aplicó con todo rigor sus prejuicios sin atender a la verdad de los hechos y en consecuencia sin saber si quizá a quien acusaba de actuar malévolamente, era responsable o no. A mi entender que ninguna autoridad educativa  haya salido a explicar lo sucedido  y sin embargo se haya dejado caer que todo podía estar movido por la xenofobia y el odio al musulmán me parece gravísimo. Pero en nuestro país, en los últimos tiempos cargar contra determinadas personas e instituciones sale gratis y tengo la impresión de que la institución escolar se encuentra entre ellas, pues aunque todos afirman que desean reforzar la autoridad del profesor llegado el momento a nadie la importa actuar como se ha hecho en este caso.  

2 comentarios:

  1. Anónimo10:02 p. m.

    ¿Y el colegio siguiente, que cambió las normas para impedir que entrase la chica? ¿No se le puede "acusar de actuar malévolamente"? Un poquito sí, ¿no? Me temo que te han dejado quedar un poco mal en tu tesis.

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  2. Mi única tesis es que todo el mundo opinó sin conocimiento directo de los hechos y anteponiendo sus prejuicios a cualquier pretensión de un juicio ponderado y que buscase la verdad de lo que allí pasó. Es verdad que la actitud del segundo instituto fue deleznable, pero quienes hablaron de colegio pijo, concretamente Murado y Rosa, lo hicieron cuando nada del segundo se sabía. Espero que ese hecho no sirva para tapar también a quienes culparon al padre o el novio.

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