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22 marzo, 2011

Un pequeño descanso

Me tomo un pequeño descanso. 


Un saludo a todos

8 comentarios:

  1. Anónimo2:49 p. m.

    que no sea largo!!!!

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  2. Anónimo3:41 p. m.

    Aprovecho el descanso para tocar un tema del que todo el mundo parece olvidarse. La guerra de Libia y el feminismo. Porque resulta llamativo el silencio absoluto que mantienen nuestras teólogas de género respecto a esta guerra. No es algo nuevo, pues ya en las guerras de Irak las feministas guardaron también un sospechoso mutismo. Entre los mantras más demagógicos acuñados por el feminismo está aquel de "las mujeres dan la vida, y los hombres son los que hacen la guerra". Pero lo cierto es que Dinamarca ha enviado a la guerra contra Libia a sus F-16, y que la titular de la cartera de defensa de dicho país es una mujer (Gitte Lillelund Bech). La secretaria de Estado norteamericana es una conocida feminista confesa (Hillary Clinton), lo que no le impide gestionar por parte USA la presente agresión. La ministra de asuntos exteriores española también es mujer (Trinidad Jiménez). La ministra de defensa española (Carmen Chacón) posó el otro día junto a una mujer piloto con ocasión del llamado "día de la mujer". Y por último, nuestro querido Zapatero, el autodenominado "feminista radical", no ha tenido problemas morales para incorporar a España a esta nueva aventura bélica. La realidad de los hechos nos dice que las mujeres también hacen la guerra (aunque en este caso desde los seguros puestos del mando), y más precisamente que las mujeres y hombres feministas demuestran en casos como el presente que pueden ser tan y más belicistas que muchos de esos "maltratadores" a los que ellas han demonizado.
    Por cierto, sería de interés aplicar la "perspectiva de género" para conocer la sex-ratio de las víctimas de la guerra de Libia, porque presumiblemente los muertos libios en ambos bandos serán abrumadoramente varones, mientras que entre los responsables de dichas muertes, ya hemos visto más arriba que mujeres, las hay...

    Tamisquerche

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  3. Anónimo10:08 p. m.

    No tienes, o no deberías, tener derecho.

    Vuelve pronto.

    Usemos la Plataforma Ciudadana Independiente del Juez Serrano como alternativa para la discusión. Propongo.


    JUAN Mª RÍAS

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  4. Tamisquerque estoy convencido de que tú mismo estás demostrando ser capaz de tratar el tema con gran solvencia por lo que te animo a hacerlo.

    Juan, el comentario no te honra.

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  5. Anónimo12:34 p. m.

    Si es así realmente Emilio, ya ves que te echaremos de menos, no se si somos muchos pero creo que somos fieles.
    Luis

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  6. Merecido descanso. Es bueno distanciarse de los temas una temporada para retomarlos de nuevo con frescura.

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  7. ultimamente te notaba como un poco cansado, y no me estraña, pues lo que haces tiene mucho mérito y mucho trabajo. Hasta luego Emilio

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  8. Anónimo5:25 p. m.

    Sigo insertando en Google las palabras “feministas” y “Libia”, así como cualquier otra alternativa, pero no encuentro lo que buscaba. Iluso de mí, pues pensaba que habría declaraciones de innumerables colectivos feministas en los que se condenaría (o aplaudiría) la intervención militar occidental sobre ese país. Porque por aquí es frecuente que por el hecho más nimio nuestras teólogas de género saquen a la luz el consabido comunicado exigiendo dimisiones. Recuérdese, por ejemplo, las reacciones ante el comentario tonto del alcalde de Valladolid, aquellas azafatas que posaron en bikini para un almanaque, o la alusión a la “señorita Trini”. Sin embargo, nuestras feministas siguen calladas, como si el tema no fuese con ellas... Pero si aplicamos la “perspectiva de género”, veremos que el pasado 22 de marzo 340 hombres y mujeres (en la actualidad hay un 64% de diputados, frente a un 36% de diputadas) han votado favorablemente a la participación española en la guerra de Libia, mientras que únicamente dos diputados (de IU y del BNG) y una diputada (del BNG) han votado en contra. En otras palabras, todas las diputadas (salvo una) han dicho “Sí a la guerra”. ¿Dónde está entonces esa empatía, ese talante supuestamente pacífico y dialogante de las mujeres? ¿Dónde ha quedado aquello de “si las mujeres mandasen las relaciones internacionales serían de otra manera”? Ya ven, aquellas señoritas ofendidas que abandonaban el hemiciclo ante el “misógino” comentario de Zaplana, en el que éste ironizaba sobre los vestidos de María Teresa Fernández de la Vega, son las mismas muñecas de porcelana a las que no les ha temblado el pulso a la hora de dar su visto bueno a lo que en todos los idiomas y en todos los tiempos se llama una guerra. Claro que Zapatero y los suyos han dicho que van a Libia a “proteger a los civiles”, lo que a primera vista suena muy bien, pero encierra la muy perversa distinción corporativa entre un colectivo necesitado de “protección”, y aquel otro que no es digno de ella –no estoy hablando de la Ley contra la Violencia de Género-. Porque “proteger” en este caso implica bombardear a los “otros”. Busco ahora en Wikipedia, y encuentro que Libia es uno de tantos países donde existe el llamado “servicio militar obligatorio”, lo que me lleva a pensar que entre los “malos” hay personas (¿hombres o mujeres, ustedes qué creen?) que cumplen su rol bajo amenaza de fusilamiento. Pero tranquilos, porque como no son “civiles” entra dentro de la “legalidad” internacional dejarlos reducidos a cadáveres calcinados. ¿Alguna diferencia con los Untermenschen de la terminología hitleriana? Pues sí, que en los tiempos del nacionalsocialismo alemán, los que decidían sobre la vida de sus súbditos eran varones. Ahora, en cambio, con el progresivo cambio de roles en las sociedades occidentales, cada vez hay más mujeres en ámbitos de poder donde se decide matar en nombre del Estado. Además, a la ministra española de defensa nadie la ha obligado a desempeñar su puesto, caso contrario de lo que sucede con los soldados libios. Por eso, Carmen Chacón, Trinidad Jiménez y todas las diputadas que han votado sí (a la guerra) en el Congreso son cómplices de la muerte de muchos soldados libios. No obstante, eso no impedirá que dichas diputadas sigan clamando contra eso que han dado en llamar “violencia machista”; que sigan presentándose como las eternas “discriminadas”, y las víctimas del “patriarcado”; y para más escarnio, cobrando por ello...

    Tamisquerche

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