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16 abril, 2008

Igualitario

Una vez constatado que una buena parte del feminismo ha renunciado al objetivo de igualdad para derivar claramente por una senda de búsqueda de la desigualdad y el privilegio, creo que haríamos bien los que no comulgamos con esa deriva en reafirmarnos legítimos continuadores de quienes hasta el presente no han escatimado esfuerzos a favor de la igualdad y la no discriminación por razón de sexo. Creo que además debemos enfatizar lo de la no discriminación por razón de sexo, porque parece que últimamente esta condición de la igualdad se está olvidando en demasiadas ocasiones.
Desde luego parece difícilmente entendible como igualitaria la negación del derecho a la custodia compartida, no digamos ya la identificación como maltratadores de quienes la propugnan, como difícilmente se puede entender una legislación penal en función del sexo (o género) de las personas. No está tampoco justificado un trato privilegiado en relación con los medios de comunicación, ni la consideración de que el único sexo al que cabe atender en caso de desigualdad sea al femenino. Pero más allá de estas consideraciones parece dificilmente sostenible como tendente a la igualdad una ideología basada en la idea de que el objetivo del hombre es mantener dominada a la mujer no dudando para ello en usar la violencia.
Por eso quiero proclamar que me siento igualitario, me siento heredero de Mary Wollstonecraft como me siento heredero de John Stuart Mill y de todos los hombres y mujeres que lucharon por la igualdad y contra la discriminación por razón de sexo. Me siento heredero de quienes en la la II República apoyaron el voto de la mujer y me siento, no ya heredero, sino coparticipe de todos los que peleamos por el Estado democrático en que vivimos con su Constitución y sus leyes a favor de la igualdad, incluidas los derechos al aborto y divorcio, porque todas esas cosas me parece que están en la dirección de la justicia y la igualdad. Como me siento compañero de Otras Voces feministas que al igual que yo están en contra de la diferencia penal según el sexo, y que apoyan sin reparos la custodia compartida. Me siento identificado con los y las que concibieron y pelearon por una sociedad sin discriminación y donde hombres y mujeres fuéramos rompiendo los muros de incomprensión y distanciamiento que nos separaban para inaugurar una civilización mejor para todos y para todas.

3 comentarios:

  1. Anónimo12:52 p. m.

    El Constitucional parece que aún tardará un poquito en ratificar la constitucionalidad de la "Ley de Violencia de Género".

    http://www.abc.es/20080416/nacional-tribunales/frena-decision-sobre-violencia_200804160507.html

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  2. Anónimo6:19 p. m.

    Y yo te apoyo en todo tu argumentario de este post. No estás solo Emilio.

    Nacho, Oviedo.

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  3. Anónimo11:39 a. m.

    "La verdad feminista de ZP"
    EDURNE URIARTE (ABC 19-abril-2008)

    Si el mensaje de paridad de Zapatero fuera auténtico, la primera tarea que debería emprender la nueva ministra de Igualdad es la de denunciar a su propio Gobierno. Que tome nota la ministra, y de paso la sociedad engañada por el teatro paritario de esta semana, de los nombramientos hechos hasta ahora por los ministros. Resulta que, de los 30 nombres de secretarios de Estado y subsecretarios que conocemos o que figuran, al menos, en los portales de internet de los ministerios, hay un 69% de hombres y un 31% de mujeres.
    El colmo de la tomadura de pelo es el del Ministerio de Vivienda. La ministra ha sido incapaz de encontrar una sola mujer para conformar su equipo de cuatro altos cargos. Todos son hombres. Lo que demuestra que, o bien la paridad obligatoria es injusta ya que aún habría más hombres preparados que mujeres, o bien la ministra es una machista y no es capaz de valorar a las mujeres preparadas.
    Si nos atenemos a cerrada fe en la paridad mostrada esta semana por esa izquierda que ha reaccionado airadamente contra los críticos de la propaganda feminista de Zapatero, la ministra Corredor es, definitivamente, una machista. Y el Gobierno de Zapatero, también. Además de condenadamente mentiroso, por supuesto. Porque lo que muchos hemos criticado del Gobierno paritario y, por lo tanto, de algunas ministras, es que han sido nombradas con fines propagandísticos. Y, además, a sabiendas del engaño a la opinión pública.
    Los nombramientos de los segundos y terceros niveles de los ministerios lo prueban. Y aún lo probarán mejor el resto de los equipos ministeriales pendiente de conocer, secretarios generales, directores o asesores. Porque los porcentajes indicados más arriba empeorarán sensiblemente. Y la ministra de Igualdad y esa izquierda que se ha rasgado las vestiduras por los «ataques a la mujer» deberían presentar y defender ante la sociedad esa composición final de géneros de los ministerios. Y explicarnos por qué no es paritaria. Y por qué es aceptable y feminista la mentira propagandística de la paridad de Zapatero. Y por qué es inaceptable y machista la denuncia de esa mentira.

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